Quizá en el menú de su dieta el amor se dosificaba con cuenta gotas,
a las mentiras les tenía alergía.
Es más fácil vivir sin amor, a fin de cuentas, no es sano,
pero las alergías, matan lentamente.
Pero qué triste realidad me has ofrecido, qué decepción tan grande haberte conocido, ¿quién sabe, Dios, quién sabe, Dios, por qué te puso en mi camino?