Dragón de fuego

"Soy un fuego inextinguible,
el centro de toda energía,
El corazón firme y heroico.
Soy la verdad y la luz,
En mi imperio abarco el poder y la gloria.
Mi presencia
Dispersa las nubes oscuras.
Y soy el elegido
Para dominar a los Hados".


SOY EL DRAGÓN







domingo, 27 de noviembre de 2011

Ex factor

En un edificio extraño, el ascensor se estropea una planta antes de llegar a su destino, una habitación semejante a la de un hotel, nada personal: una cama, escritorio, ropa de cama blanca, siempre blanca.
Cuando baja, le sorprende el salón al que da acceso el ascensor, nunca ha estado allí. Mesas rodeadas de multitud de gente, pero entre el gentío, en medio del caos, él, divisa su sonrisa. Han pasado muchos años, ya no le tiemblan las piernas, ya no se le encoge el estómago. Se acerca, él toma su mano, como si fuese ayer la última vez que se han visto. Hunde su cabeza entre su cabello y su cuello, no hay besos, simplemente contactan sus pieles, masculla entre dientes que la ha echado de menos, mientras mueven su cabeza como lo harían los perros cuando se frotan contra la pierna de su amo. Él le pregunta si le gustaría ir a dar una vuelta, a dar un paseo por las nubes, ella le dice que espere, tiene que subir a cambiarse. Le mira fijamente, con la seguridad que nunca tuvo, con la seguridad que él siempre consiguió arrebatarle, y le susurra: dame un beso. Es un beso sutil, delicado, suave, pero de los que adelantan la lengua a los labios, como en cámara lenta. Las manos de él aprisionan su cintura con tanta fuerza que la química que siempre hubo entre ellos se dispara hasta cotas insospechadas, ella se piensa durante un segundo invitarle a su habitación, pero se rompe la magia, ya no puede ser ni en sueños, el daño ha sido irreparable.


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