Cuando el corazón está invadido de tristeza,
cualquier espera se hace eterna,
en cambio cuando es la felicidad la que lo cubre,
las horas se tornan en segundos,
pasan los días alegremente y
cada palabra hace elevar el vuelo de mi alma errante.
Pero qué triste realidad me has ofrecido, qué decepción tan grande haberte conocido, ¿quién sabe, Dios, quién sabe, Dios, por qué te puso en mi camino?
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