Dragón de fuego

"Soy un fuego inextinguible,
el centro de toda energía,
El corazón firme y heroico.
Soy la verdad y la luz,
En mi imperio abarco el poder y la gloria.
Mi presencia
Dispersa las nubes oscuras.
Y soy el elegido
Para dominar a los Hados".


SOY EL DRAGÓN







sábado, 4 de octubre de 2008

Sed de Amor

"Mientras él hablaba, Etsuko podía oír el ruido de las hojas que Yakichi iba arrancando del calendario. Cuando acabó, el silencio fue total. De repente sintió que le sujetaba el hombro, mientras una mano, fría y seca como el bambú, se introducía por su espalda, bajo el vestido. Su cuerpo hizo un ligero movimiento de rechazo, pero no dijo nada. No es que no pudiera gritar; es que simplemente no lo hizo.
¿Cómo explicar el sentimiento de resignación que Etsuko sintió en aquel momento? ¿Lujuria? ¿Pereza, simplemente¿ ¿O, quizás, Etsuko lo aceptó como un hombre delirante de sed acepta un trago de agua maloliente? No. Etsuko no estaba sedienta, en absoluto. De golpe su naturaleza había dejado de pedir. No necesitaba nada. Parecía haber venido a Madeimmura para hallar nuevamente la temible autosuficencia que había descubierto en el Hospital. Etsuko bebió quizá como lo hace un hombre que está ahogandose, que traga agua del mar sin remedio, de acuerdo con alguna ley de la naturaleza. No pedir nada significa que se ha perdido la libertad de elegir y de rechazar. Una vez se ha llegado a esta decisión, no hay más remedio que beber lo que sea, incluso agua del mar...
Después de todo, las expresiones y los gestos de Etsuko no se parecían en nada a los de un hombre ahogándose. Hasta el momento de su muerte -esa era la impresión que producía-, nadie se daría cuenta de que se estaba ahogando. No pidió auxilio. Esta mujer atada y sujeta por su propia mano, no pidió auxilio...."


Yukio Mishima

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Vía libre para circular por esta autopista hacia el Cielo