No me prodigo, ni aquí ni allí, ni en ningún sitio prácticamente, pareciera que me disuelvo como la tinta invisible, y es que siento que no encajo, ni aquí ni allí, no tengo los mismos intereses, ni las mismas aspiraciones, las mismas inquietudes, los mismos valores....
Pero del mismo modo que la tinta invisible, aunque no me haga ver, estoy, aquí y allí, observando, intentando entender, tratando de empatizar para poder "perdonar" y empezar de nuevo, a fin de cuentas zanjar relaciones nunca fue fácil, no es sencillo, dar la vuelta, caminar y no mirar atrás, la curiosidad, dicen, convirtió a la mujer de Lot en estatua de sal. Yo creo que no fue la curiosidad, se mira hacia atrás por añoranza, porque se extraña a las personas que una vez formaron, de la forma que fuere, parte de tu vida, porque una vez que has querido, jamás se deja de querer. La indiferencia es otra forma de guerra, de lucha interna, si no estás, no existes, aunque en el fondo, todo sea mentira, estás y existes, vives en mi, aunque no te mire, a pesar de mis esfuerzos por no verte y de las gafas de sol, las de cristal opaco, te intuyo, ahí, apostado de pie en mi memoria, sin decir nada, simplemente no permitiendo olvidar.
El olvido es tan solo una mentira que nos retira, un rato al menos, las lágrimas de los ojos. La nostalgia de lo que nunca fué se te clava en el alma hasta que un día, casi sin darte cuenta, se te cae como la corteza vieja al árbol nuevo.
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