Desnudar un cuerpo y poseerlo, es fácil,
desnudar un alma y hacerla tuya,
es un privilegio del que pocos afortunados pueden gozar.
Pero qué triste realidad me has ofrecido, qué decepción tan grande haberte conocido, ¿quién sabe, Dios, quién sabe, Dios, por qué te puso en mi camino?
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