A su pesar, al tuyo y al mío, la vida sigue. A unos la vida les regala surcos que les recuerdan lo vivido, a mi me regaló una memoria odiosa que no precisa de surcos.
A mal tiempo, buena cara. A malos deseos, sonrisas profundas.
Pero qué triste realidad me has ofrecido, qué decepción tan grande haberte conocido, ¿quién sabe, Dios, quién sabe, Dios, por qué te puso en mi camino?
Bien dicho, marikosan...La sonrisa amplia y sincera es la mejor manera de olvidar y de hacer que alguien se sienta olvidado... a pesar de todo. Estás guapa.
ResponderEliminarBesos,