Dragón de fuego

"Soy un fuego inextinguible,
el centro de toda energía,
El corazón firme y heroico.
Soy la verdad y la luz,
En mi imperio abarco el poder y la gloria.
Mi presencia
Dispersa las nubes oscuras.
Y soy el elegido
Para dominar a los Hados".


SOY EL DRAGÓN







domingo, 31 de octubre de 2010

La alargada sombra del amor

¡Pues claro! Estás vivo, por tanto eres una máquina de sueños en funcionamiento. ¡Lo único que tienes que hacer es seguir accionando el mecanismo! La prueba de que tu máquina de sueños no está estropeada es que tienes a un gigante bobo que ha venido a darte un pedazo de sombra y a comer piñas a tu jardín, ¡eh!.

- Es por el relojito, no dejo de leer la inscripción del relojito...
- Ese reloj funciona con sueños, con el hecho de creer, y únicamente con eso
-¿Si?
-¡Pues si! No obstante tienes que volver a aprender a reir, a comer con gusto ¡debes reeducar tu gusto! Utiliza la sombra, lee, sueña, descansa, diviérte, aunque eso te parezca tan imposible como el día en que trataste de hacer el primer acorde de guitarra. Todo te parecerá ridículo, pero no abandones nada. ¡No cedas nada a la desesperación! Usa tus sueños. ¡Y si están rotos, pégalos! ¡Frótalos con tu sombra mágica , ya verás, amigo! Un sueño roto bien pegado puede volverse aún más bello y sólido. Hasta el punto de hacer añicos los límites de lo real.

Dolor


Quisiera esta tarde divina de octubre
pasear por la orilla lejana del mar;
que la arena de oro, y las aguas verdes,
y los cielos puros me vieran pasar.
Ser alta, soberbia, perfecta, quisiera,
como una romana, para concordar
con las grandes olas, y las rocas muertas
y las anchas playas que ciñen el mar.
Con el paso lento, y los ojos fríos
y la boca muda, dejarme llevar;
ver cómo se rompen las olas azules
contra los granitos y no parpadear;
ver cómo las aves rapaces se comen
los peces pequeños y no despertar;
pensar que pudieran las frágiles barcas
hundirse en las aguas y no suspirar;
ver que se adelanta, la garganta al aire,
el hombre más bello, no desear amar...
Perder la mirada, distraídamente,
perderla y que nunca la vuelva a encontrar:
y, figura erguida, entre cielo y playa,
sentirme el olvido perenne del mar.
Alfonsina Storni

sábado, 30 de octubre de 2010

Rima XVI


Si al mecer las azules campanillas

de tu balcón,

crees que suspirando pasa el viento

murmurador,

sabe que oculto entre las verdes hojas,

suspiro yo.

Si al resonar confuso a tus espaldas

vago rumor,

crees que por tu nombre te ha llamado

lejana voz,

sabe que, entre las sombras que te cercan

te llamo yo.

Si se turba medroso en la alta noche

tu corazón,al sentir en tus labios un aliento

abrasador,

sabe que, aunque invisible, al lado tuyo

respiro yo.



Gustavo Adolfo Bécquer





Para equilibrar la balanza un poema de verdad.

jueves, 28 de octubre de 2010

Prostituta vestida de gris

Dueña de un jardín esteril
donde reina el silencio
y no crecen las acacias,
donde se agota el tiempo
y jamás llegan las fragancias.

Con un sólo arbol,
es dueña de un jardín
que precisa de su cuidado,
empeñando todo lo que tiene,
jamás se irá de allí.

Empeñó su alegría,
su libertad por fasciculos,
ya no espera la llegada del día,
no suelta suspiros profundos.

Sentada a la sombra de su pino,
piensa: ¿qué será de mi?
¿qué será de la jardinera?
¿qué será de la prostituta
vestida de gris?



Mis alas rotas

Quisiera echar a volar, surcar los cielos del mismo modo que los barcos surcan el mar, sorteando las olas, dejándose abrazar por la espuma, pero no tengo alas. Yo siempre creí que tenía, las guardaba con ternura y amor, esperando darles uso un día, bajo lllave para que no se estropeasen, con la candidez que un niño guarda su juguete más preciado. El día que las necesité, fui a buscarlas y no estaban, ahora no sé si nunca las tuve, si me las robaron, si se desvanecieron... Ya no puedo volar, cruzar el cielo a contra corriente, no puedo escapar, esta vez es diferente ya no voy a intentar irme de cualquier manera, se han agotado las posibilidades, se han esfumado los sueños, desvanecido todas las esperanzas, no queda ni una sola pluma a la que aferrarse, no queda nada, nada salvo los sueños del pasado...


miércoles, 27 de octubre de 2010

¿Quién lavará la dignidad?


Si, hoy las lágrimas inundaban su cara, me ha contado que ya no podía más con el teatro, que su dignidad, a veces, le abandona, y por unos instantes le gustaría gritarte que te desea, le gustaría suplicarte que vueles a sus brazos, agarrarte de las solapas y rogarte que te quedes, porque ella también es humana, no es de piedra, siente y padece, aunque trate de disimularlo cada día y cada noche... Las veces que os encontrais, tú, siempre ves su mejor cara, es una gran actriz, provocarte malestar bajo ningún concepto, sus premisas siempre inamovibles, no es orgullo, pese a que pueda parecerlo, es algo bien distinto, es que siempre tú estás por delante de ella, y eso, satisface a largo plazo, pero a corto la destruye, sufre, en silencio y abrazada por la soledad, para no hablarle a nadie de ti, para que nadie se atreva a juzgar o a emitir una opinión que te deje en mal lugar, sólo yo he sido testigo de su sacrificio, sólo yo he visto el dolor mezclado con amor en sus ojos, sólo yo he sentido el desgarro de su corazón, tanto coraje me ha dado su visión, que la he golpeado, con todas mis fuerzas, hasta que me han sangrado las manos, he recogido sus trozos hechos añicos, y los he tirado a la basura, dicen que romper un espejo trae 7 años de mala suerte.....

martes, 26 de octubre de 2010

El deseo es una pregunta cuya respuesta nadie sabe


No decía palabras,
acercaba tan sólo un cuerpo interrogante,
porque ignoraba que el deseo es una pregunta
cuya respuesta no existe,una hoja cuya rama no existe,
un mundo cuyo cielo no existe.
La angustia se abre paso entre los huesos,
remonta por las venas
hasta abrirse en la piel,
surtidores de sueño
hechos carne en interrogación vuelta a las nubes.
Un roce al paso,
una mirada fugaz entre las sombras,
bastan para que el cuerpo se abra en dos,
ávido de recibir en sí mismo
otro cuerpo que sueñe;
mitad y mitad, sueño y sueño, carne y carne;
iguales en figura, iguales en amor, iguales en deseo.
Aunque sólo sea una esperanza,
porque el deseo es pregunta cuya respuesta
nadie sabe.



Luis Cernuda

domingo, 24 de octubre de 2010

Lo que más










¿Cuántas veces nos salvó el pudor
y mis ganas de siempre buscarte?
Pedacito de amor delirante
colgado de tu cuello un sábado de lluvia
a las cinco de la tarde.
Sabe Dios cómo me cuesta dejarte
y te miro mientras duermes,
mas no voy a despertarte
Es que hoy se me agotó la esperanza
porque con lo que nos queda de nosotros
ya no alcanza.
Eres lo que más he querido en la vida
lo que más he querido
eres lo que más he querido en la vida...
lo que más he querido.
Cuántas veces quise hacerlo bien
y pequé por hablar demasiado
no saber dónde, cómo ni cuándo
Todos estos años caminando juntos
ahora no parecen tantos.
Sabe Dios todo el amor que juramos,
pero hoy ya no es lo mismo, ya no vamos a engañarnos
Es que soy una mujer en el mundo
que hizo todo lo que pudo...
No te olvides ni un segundo
Eres lo que mas he querido en la vida
lo que mas he querido
eres lo que mas he querido en la vida
Lo que más he querido...

sábado, 23 de octubre de 2010

Aire inerte



Reina de las profundidades de la tierra,
fiera devorando la vida,
brazo de río en medio de un océano enfermo soy.
No siento mi carne.
Nada sostiene mi esqueleto.
Mi lengua está agrietada y ciega
Mis abismos en silencio te reclaman.
A la rosa rosa dejé de contemplar,
al verde campo verde.
Me volví sombra.
En blanco y negro vivo.
Y el miedo no se aleja.
Este miedo habita lo insondable,
se vuelve ojera en mi rostro,
aire inerte en mis pechos,
maléfico recuerdo.
Ahora un vendedor de sueños
gesticula tu nombre en el vacío.
(Y yo me he quedado sin monedas).

viernes, 22 de octubre de 2010

Geisha




Se dió cuenta de que llegaba de nuevo el rito de prepararse para enfrentarse como cada día al mundo, cual bonita geisha, con los polvos de arroz blanco cubría todas las imperfecciones de su alma, aquellas que más dolor le producían, aquellas que le decían que ella no era la protagonista de la película que vivía, que estaba secuestrada en aquel guión infelíz, el eyeliner rasgaba aún más sus ojos, esos ojos cansados de llorar y de suplicar, se dibujaba una bonita sonrisa procurando que nunca se difuminase para que nadie pudiese atisbar ni un solo rastro de su tristeza, su abundante cabellera escudo perfecto de sus fantasías, aquellas que jamás se cumplirían porque estaban destinadas a otra actriz, no importaba quién, nunca fue celosa, y sólo el director tenía la culpa de aquel error, sus ropas camuflando aquel cuerpo hambriento de amor, lleno de deseos que únicamente ella misma conseguía satisfacer parcialmente, un cuerpo magullado por la necesidad de cariño, de afecto, un cuerpo muerto en vida......
 

jueves, 21 de octubre de 2010

Capítulo 2

Poco a poco mi novela va a avanzando, otra pequeña muestra:

Juntos, cogidos de la mano, salen corriendo sin despedirse de nadie, dejándose abrazar por la brisa, sintiéndose libres. Llegan hasta la orilla del mar, se sientan en la arena y dejan que el agua moje sus pies. Ninguno es capaz de hablar, no quieren estropear el momento, pero los dos piensan que le gustaría que esos minutos fuesen eternos, que no acabasen nunca.
-Magda…
- Qué
- Nada
-El que nada no se ahoga
-¿Quieres nadar?
-Pero si no llevo bikini
- En ropa interior, total es parecido, te prometo no mirar mucho
- ¿No mirar mucho o no mirar nada?
Magda siente un cosquilleo en la boca del estómago, le da vergüenza que él la vea en ropa interior, pero por otra parte lo desea, como asi mismo desea que la acaricie, que sienta ese cuerpo que tan nerviosa pone, desea que la bese.
-Si no quieres no miro nada.
-¿Hacemos un trato?
-Vale
Por una vez en su vida Magda va a ser tan descarada como su hermana, si la viera su madre…
-Me quitas tú la ropa pero con los ojos cerrados, no me puedes ver en ningún momento.
A Marcos se le hace un nudo en la garganta, le tiemblan las manos, las piernas, el corazón. Magda no espera su respuesta, se acerca, le cierra los párpados con dos besos, comienza a dirigir sus manos para despojarle de la camiseta y la falda, y se queda frente a él, en braga y sujetador. Marcos es presa de un ataque de pánico acompañado de una erección y no sabe qué hacer, sabe que la tiene delante pero no puede mirar, se lo ha prometido, tampoco puede tocarla, es incapaz de moverse, van pasando los segundos. Magda se acerca a él, le abraza, -tengo frío Marcos, abrázame- y Marcos la rodea con sus brazos. Siente la suavidad de su cuerpo, la tibieza de su piel, trata de adivinar sus pechos, pero Magda no está muy desarrollada, aunque eso a él no le importa, le excita de todos modos. Le coge de la cara, la mira fijamente:
-Marcos, no vale mirar.
-Te estoy mirando a la cara, eres tan bonita.
Por fin, después de un mes se va a decidir, la va a besar, ya no puede contenerse más:

-¡Magda! ¡Marcos! Daos prisa, teneis que volver, los padres de Magda han bajado a buscarla, han dicho que vas a cargarterla- Sus amigas han ido corriendo a avisarle, qué pesada es su madre, ¿porqué tiene que estropearme este momento?, parece que tiene radar. Se viste a toda prisa, y se va corriendo, mientras avanza se vuelve y le grita: -Marcos, ¡la ventana!-
Ya ha desaparecido, Marcos se queda mirando al mar. Tiene quince años, en realidad casi dieciseis, ¿esto es el primer amor?, cada vez sufro más, es algo extraño, a la vez que estoy feliz cuando Magda está a mi lado, cada vez me tortura más el resto del día. Tiene la sensación de que se la han arrancado de los brazos, lo que aún no sabe es que asi ha sido, se la han arrancado para siempre.

Beso de la muerte


Llegó un momento, que sin decidirlo, se sentó a esperar a la muerte, no tomó la decisión de hacerlo, simplemente se dejó abrazar por las tinieblas y se sentó a esperar, se apartó del resto del mundo y no quiso formar parte de él, un retiro propio, a su voluntad, no planeado, y un buen día, la muerte vino a visitarla. Le dijo que no tenía por costumbre hacer visitas de cortesía, pero que ésta lo era, todavía quedaba mucho para que le diera su famoso beso, así que era mejor que se levantase de esa silla y aprovechase un poco el tiempo, pero ella le contestó entornando los ojos, mirando al vacío, que no tenía nada mejor que hacer que esperar, en realidad, llevaba toda la vida esperando, era lo único que había hecho hasta ahora, esperar por una llamada, esperar por una mirada, esperar por abrazo, por un beso de amor, esperar, esperar, esperar.... Tan conmovida se sintió la muerte ante esta declaración que la sostuvo en sus brazos y le dió el último beso de amor.

martes, 19 de octubre de 2010

Mi capitán

Ella piensa que después del naufragio principal cada uno de los siguientes la acerca más a la orilla. Y convencida de sí, huye de cualquier señal que la conduzca a enterarse que, uno a uno, los naufragios subsiguientes la han mandado más adentro en el mar. Ella cree que es posible escapar del sino de los abandonados si recurre a la vieja fórmula de los piratas: beber; ganarse la comida del día y beberse la noche con ron; dejarlo todo por un rato y a la mañana retomar las tareas del Sísifo interior: hundir su barco, el siguiente. Ella no tiene cabeza para reparar mastines y velas. Mejor hace de las astillas su esperanza, porque se ha vuelto especialista en construir, de los restos de cada hundimiento, un nuevo velero que la lleve a otro naufragio. Y confía en que ese que viene la arrime a tierra, y no: la conduce mar adentro. Mar adentro, para mi fortuna –y no sé si la de ella–, naufrago yo. La primera vez que se le vio naufragar, flotaba abrazada de un amarre de cajas, cada una marcada así: “Frágil”. Pero no le duraron una tormenta, aunque ella quisiera. Esas cajas, las “Frágil”, no estaban para resistir a alguien; todo lo contrario, eran para garantizar el hundimiento, su hundimiento. Ella piensa que es posible sacudir el mar. Cree que cada barco que hunde conmueve las entrañas del Enorme Extraordinario. Deliberadamente instalada en el engaño, cierra los ojos para no contar las astillas que le van quedando, cada vez menos. No se rinde aún frente a las señales que le dicen que muy pronto quedará sin posibilidades de maniobra y vulnerable, mar adentro de su propio corazón. Y mar adentro, para mi fortuna –y no sé si la de ella–, navego yo. Mar adentro estamos muchos, los tantos que naufragan. Imposibilitados, nos resignamos a hundirnos; o mandamos luces de bengala (que nadie ve porque nos hemos alejado de la playa); o sacamos fuerzas para rehacer barcos que de inmediato hundimos; o somos de los pocos afortunados que ven a los lejos una luz oscura: la luz del otro. (Me hago ilusiones: De sus pómulos obtengo el coraje; de sus alergias, que no conoce, construyo un timón; de su cabello negro rehago un casco, y proa y popa las saco de repetir su nombre. Junto mis astillas con las de ella, restos de incontables naufragios, y me nombro capitán de un barco al que ella no sabe que ya se ha subido. Piensa que después del naufragio principal cada uno de los siguientes la acerca más a la orilla, y me engaño creyendo que esa orilla soy yo, a pesar de que estoy mar adentro, muy mar adentro, tan mar adentro que se me han acabado las astillas y grito por mi propia salvación). Ella cree que es posible escapar, pero delira: en su fiebre no se da cuenta que duerme, ahora, en el camarote de un buen capitán de barco que nació en el desierto. Ese capitán soy yo. Ella es especialista en los hundimientos, pienso ahora que la veo dormida. Ata y desata amarras y velas. Sube y baja banderines de auxilio y de pirata para causarle desconciertos al mar. Entonces una ola cualquiera le cumple el deseo. Nos hundimos con ella. Nos vamos más adentro en el mar. Y mar adentro, para mi fortuna –y no sé si la de ella–, yo quiero seguir.

La caricia perdida


Se me va de los dedos la caricia sin causa,

se me va de los dedos… En el viento, al pasar,

la caricia que vaga sin destino ni objeto,

la caricia perdida ¿quién la recogerá?....

Pude amar esta noche con piedad infinita,

pude amar al primero que acertara a llegar.

Nadie llega. Están solos los floridos senderos.

La caricia perdida, rodará… rodará…

Si en los ojos te besan esta noche, viajero,

si estremece las ramas un dulce suspirar,

si te oprime los dedos una mano pequeña

que te toma y te deja, que te logra y se va.

Si no ves esa mano, ni esa boca que besa,

si es el aire quien teje la ilusión de besar,

oh, viajero, que tienes como el cielo los ojos,

en el viento fundida, ¿me reconocerás?





Alfonsina Storni

jueves, 7 de octubre de 2010

Cortesana



Soy la mujer que duerme en la jaula con los leones
al ponerse el sol.
Carne cruda como de sus pestilentes fauces
lamo sus recovecos denigrantes
y sin importarles, prueban cada mes mi sangre.
Me he dejado ultrajar por conveniencia,
soy mansa por una retribución,
abro mis posiciones
para conseguir prodigios mayores,
mejores pagas.
Todas las noches meto al sol en mi cama
y caliento deshilachados cuerpos.
A veces suplico ternura desde el fondo de mi alma,
desde el encierro de mi jaula
repleta de vacíos inconmensurables,
pero ellos no escuchan.
El mundo me desprecia,
yo lo ignoro.
Vivo para alimentar a las bestias
con mi carne,
soy libre de volar si quisiera,
de escapar,
mas no tengo a dónde ir...
Pertenezco a esta jaula.



Lina Zerón