Para empezar....

Mis ganas

Dime qué hago con las ganas? Jamás me revolucioné como hoy, cuanto más autoritario te pones, más ardo. Te imagino sentado y me dan ganas de amordazarte y atarte las manos por detrás a la silla. Echarte la cabeza atrás tirándote del pelo, y morderte fuerte, para que sientas la rabia mezclada con placer que me dan tus órdenes, morderte la barbilla, la boca, el cuello, los lóbulos de la oreja. Sentada a horcajadas sobre ti, inmóvil. Necesito sentir que sufres como yo lo hago, una buena forma sería quemarte con la cera derretida de una vela sobre tu pelvis, para despues besar la zona, lamerla, mientras sigues maniatado, y lo único que puedes hacer es mirarme. Y no, esta vez no voy a chupártela, esta vez voy a cabalgar sobre ti, a introducir tu polla en mi, hasta que ya no se pueda más, y voy a disfrutarte como nunca disfruté de nadie. Y tú sólo puedes mirar, porque hoy tengo yo el control. Salgo y me coloco sentada dándote la espalda, tienes otro punto de vista, y yo sigo follándote, arqueando la espalda, intentando besarte a pesar de tu mordaza. Cuando llega el momento, te suelto, quiero que me abraces, que entres tan dentro como te sea posible, que te corras tan pegado a mi que no pase ni el aire porque necesito sentir la vibración que emite tu cuerpo y hacerlo mio.

Ahogo en tu piel

Te enseñare a fluir por tu libertad y mi gozo. 
Sin conciencia resiste el temblor de mi lengua, 
súbdita de tu placer. 
No miento,
obtendrás lucidez entre la bruma enraizada en la rutina.

Dale honor a mi cama,
libera mis pétalos,
olvida mis pecados,
siente el pulsar del ahogo en tu piel.
No temas,
mis manjares alimentaran el fuego de tus labios.
Y el rugido del silencio te nombrará por siempre.
Ya siento el fuego en el corazón y la boca.

Lina Zerón
Del libro: Hígado de Perra y otros amores

Cuando dices luego....

http://www.youtube.com/watch?v=tg7QRlINFgQ

Alma

Desnudar un cuerpo y poseerlo, es fácil, 

desnudar un alma y hacerla tuya, 

es un privilegio del que pocos afortunados pueden gozar.

Adiós

Estuvimos tan cerca, y en cambio cada vez estamos más lejos. Ya no me acaricia tu sol, sólo me abraza el frío, de tu abandono sigiloso.

Huye

 A pesar todo, de tu abandono, de los nuevos silencios, sigo tranquila, sé que no podemos escapar del fuego que nos consume. Busca la salida, y te deseo de corazón que la encuentres, pero no tengo fé en que des con ella.

Yo seguiré acariciada bajo el sol insular.