Dragón de fuego

"Soy un fuego inextinguible,
el centro de toda energía,
El corazón firme y heroico.
Soy la verdad y la luz,
En mi imperio abarco el poder y la gloria.
Mi presencia
Dispersa las nubes oscuras.
Y soy el elegido
Para dominar a los Hados".


SOY EL DRAGÓN







miércoles, 15 de diciembre de 2010

Esencia de muñeca




Paseando por calle, se encontró una muñeca, sucia y estropeada. La recogió, le inspiró ternura, decidió llevársela y darle vida.
Le arregló el pelo, cambió las lanas deshilachadas por unas nuevas, del color que a él le gustaban, las muñecas rubias le recordaban a Barbie, que nunca fue santo de su devoción, buscaba algo diferente. Le compró un vestido blanco, inmaculado, que resaltase su pureza, su inocencia. La lavó con suma paciencia y volvió a dibujar su rostro, manteniendo el pulso firme en aquella difícil tarea. Sólo faltaba encontrar unos zapatos perfectos.

Lo que no sabía es que la muñeca cobraba vida, no de noche como suelen hacer todos, esta lo hacía al alba. Se levantaba con él, y a hurtadillas iba observando como se desperezaba, desayunaba, recogía la casa antes de ir a su jornada laboral, poco a poco se iba a acostumbrando a él. Le gustaban sus manos, cuando la sujetaba para intentar que reluciese como merecía,  su mirada de dulzura cuando sostenía su cabeza para que no se callese hacia un lado. No conseguía entender por qué estaba solo, y deseó ser mujer, para llenarle de vida, como había hecho él por ella.

Un día, apareció con los zapatos, se los puso y la miró, estaba bellísima, pero había perdido su esencia. Ya no era esa muñequita que precisa de protección e inspiraba amor por cada hilo de su diminuto cuerpo. La guardó en una vitrina, la de las cosas curiosas, y allí se quedó por un tiempo indefinido. La muñeca lamentaba el abandono, echaba de menos sus manos, cálidas, que le proporcionaban un gran bienestar, seguridad, en sus manos se sentía a salvo de todo. De vez en cuando, él pasaba por la vitrina y echaba un vistazo, no podía evitar recordarla tal y como la había encontrado.

El tiempo que siempre hace su trabajo, y lo hace bien, le devolvió a la muñeca su anterior aspecto, algo más cuidado quizá, pero sus ropas volvieron a envejecer, las lanas de su pelo sonreían deshilachadas, su sonrisa medio difuminada. Se pasó los días mirando a su salvador, conociéndole, aprendiendo sus manías y sus virtudes, y no pasó ni uno solo en el que no desease ser mujer y acompañarle en su camino.
El había perdido la esperanza de encontrar a una persona que cumpliese sus expectativas, no es que fueran altas, quizá eran diferentes. Sin saber por qué, precisó de la compañía de la muñeca y fue a buscarla.
Cuando la vió, se estremeció, volvía a tener el aspecto que le había conducido un día hasta él, la tomó en sus brazos y la besó, pensando que sería una compañera perfecta, asumiendo que jamás volvería a intentar cambiarla, porque así, tal y como estaba, era preciosa.
La magia de los deseos de ambos se hizo realidad a la mañana siguiente, la esencia de la muñeca se presentó en forma de mujer en su puerta, le dijo que algo le había conducido hasta allí sin saber muy bien la razón, él nada más verla lo supo y no le dejó marchar jamás.


http://www.youtube.com/watch?v=7AlktEc15HY

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