Dragón de fuego

"Soy un fuego inextinguible,
el centro de toda energía,
El corazón firme y heroico.
Soy la verdad y la luz,
En mi imperio abarco el poder y la gloria.
Mi presencia
Dispersa las nubes oscuras.
Y soy el elegido
Para dominar a los Hados".


SOY EL DRAGÓN







lunes, 28 de febrero de 2011

Rendición


Anduve durante horas, quizá fueron días, no lo sé, había perdido la noción del tiempo, estaba desorientada, exhausta y desolada.
Paré, bueno, en realidad no paré, me tiré al suelo, cerré los ojos y recordé el momento en el cual emprendí el viaje, el objetivo seguía siendo el mismo, aquello no había variado, pero el resto, todo lo demás había cambiado con el transcurso del viaje.
Creo que yo estaba muy ilusionada, me había comprado un vestido nuevo, un vestido que sabía que le encantaría, acompañado de todos los complementos, los internos y los externos, había acicalado mi pelo, suavizado mi piel para su tacto, domado mi alma para llegar sumisa a sus brazos, colmado mi corazón de felicidad para ofrecerle la mejor sonrisa...
No sé cuanto tiempo llevaba andando, ya no podía con los tacones, tuve que prescindir de ellos, y así poco a poco, tuve que prescindir de todo, todo lo que había preparado con tanto esmero, desapareció, casi sin darme cuenta, porque lo único en lo que pensaba era en llegar, y llegar era precisamente lo único que no llegaba.
Ahora estoy aquí, perdida, tirada en el suelo, sin poderme levantar, en espera que el destino me venga a buscar, porque yo estoy cansada de andar en la dirección contraria....

jueves, 24 de febrero de 2011

De mi

No es cuestión de propiedad.
Mi alma y mi cuerpo son más míos.
El ser de otro es relativo.
¿Quién pudiera poseer el sentimiento femenino
tanto como posee su cuerpo?
Ay, aquel que usa las dos manos
para salirse de sí mismo.
Amo a quien florece con mis besos,
busco y encuentro lo que me pertenece
mientras yazgo en el polvo,
durante días y años fiel he sido.
Pero llegó la hora de ser de otro:
tan sólo de quien
anduvo en mi sombra
cobriza y enamorada.


lunes, 21 de febrero de 2011

Ni tiempo ni distancia




Tres o cuatro veces al año, ella y su mecenas se iban a pasar juntos un largo fin de semana en algún lugar de la costa o en un refugio de la montaña. En una ocasión observé con cierto regocijo cómo se preparaba para una de esas excursiones porque, aunque antes de irse debía dejar listos muchos detalles, su mente estaba claramente en otro sitio. Lograba que las camareras se desesperaran. Finalmente, iba a que le arreglaran el pelo y a relajarse bajo los dedos familiares de su peluquera; luego regresaba a casa a buscar la maleta y le pedía a alguna de nosotras que llamara a un taxi para que la llevara a la estación. Todas nos despedíamos de ella con la mano desde la acera, frente al local. En una ocasión, la adusta tía se refirió a ella diciendo que no comprendía como una mujer de su edad era capaz de actuar como un animal en celo e incluso yo me sentí incómoda por su lengua viperina. Le dije que estaba celosa y que a mi me parecía conmovedor como la okasan se marchaba con el nerviosismo de una chiquilla a encontrarse con el hombre del que seguía enamorada después de veinticinco años.


" Geisha, el lenguaje secreto de la seducción"

miércoles, 16 de febrero de 2011

Don Quijote




"El amor junta los cetros con los cayados;
 la grandeza con la bajeza;
hace posible lo imposible;
iguala diferentes estados
y viene a ser poderoso como la muerte."

                            Don Quijote de la Mancha


martes, 15 de febrero de 2011

Un mundo ideal


Cada día que pasa, pienso más en ese mundo ideal....

http://www.youtube.com/watch?v=vVEEYqIJIXE&feature=fvw

lunes, 14 de febrero de 2011

El poema más bello



Cuando crees que hablo de ti,
hablo de ti,
pero cuando no crees que hablo de ti,
también hablo de ti.

En ocasiones sabes que pienso en nosotros,
pienso en nosotros en todas las ocasiones,
despierta y dormida.

A veces te digo que te añoro,
te añoro cada minuto del día,
incluso cuando hablamos
te estoy extrañando.

Otras veces, intento que las palabras
salgan de mi boca en forma de regalo,
sólo salen de mis dedos,
aunque nunca poemas bellos,
porque tú eres el poema más bello.

viernes, 11 de febrero de 2011

You and I




YOU AND I JUST HAVE A DREAM

TO FIND OUR LOVE A PLACE

miércoles, 9 de febrero de 2011

Pedro y el hilo mágico

Pedro era un niño muy vivaracho. Todos le querían: su familia, sus amigos y sus maestros. Pero tenía una debilidad. – ¿Cual?


Era incapaz de vivir el momento. No había aprendido a disfrutar el proceso de la vida. Cuando estaba en el colegio, soñaba con estar jugando fuera. Cuando estaba jugando soñaba con las vacaciones de verano. Pedro estaba todo el día soñando, sin tomarse el tiempo de saborear los momentos especiales de su vida cotidiana.

Una mañana, Pedro estaba caminando por un bosque cercano a su casa. Al rato, decidió sentarse a descansar en un trecho de hierba y al final se quedó dormido. Tras unos minutos de sueño profundo, oyó a alguien gritar su nombre con voz aguda. Al abrir los ojos, se sorprendió de ver una mujer de pie a su lado.

Debía de tener unos cien años y sus cabellos blancos como la nieve caían sobre su espalda como una apelmazada manta de lana. En la arrugada mano de la mujer había una pequeña pelota mágica con un agujero en su centro, y del agujero colgaba un largo hilo de oro.

La anciana le dijo: “Pedro, este es el hilo de tu vida. Si tiras un poco de él, una hora pasará en cuestión de segundos. Y si tiras con todas tus fuerzas, pasarán meses o incluso años en cuestión de días” Pedro estaba muy excitado por este descubrimiento. “¿Podría quedarme la pelota?”, preguntó. La anciana se la entregó.

Al día siguiente, en clase, Pedro se sentía inquieto y aburrido. De pronto recordó su nuevo juguete. Al tirar un poco del hilo dorado, se encontró en su casa jugando en el jardín. Consciente del poder del hilo mágico, se cansó enseguida de ser un colegial y quiso ser adolescente, pensando en la excitación que esa fase de su vida podía traer consigo. Así que tiró una vez más del hilo dorado.

De pronto, ya era un adolescente y tenía una bonita amiga llamada Elisa. Pero Pedro no estaba contento. No había aprendido a disfrutar el presente y a explorar las maravillas de cada etapa de su vida. Así que sacó la pelota y volvió a tirar del hilo, y muchos años pasaron en un solo instante. Ahora se vio transformado en un hombre adulto. Elisa era su esposa y Pedro estaba rodeado de hijos. Pero Pedro reparó en otra cosa. Su pelo, antes negro como el carbón, había empezado a encanecer. Y su madre, a la que tanto quería, se había vuelto vieja y frágil. Pero el seguía sin poder vivir el momento. De modo que una vez más, tiró del hilo mágico y esperó a que se produjeran cambios.

Pedro comprobó que ahora tenía 90 años. Su mata de pelo negro se había vuelto blanca y su bella esposa, vieja también, había muerto unos años atrás. Sus hijos se habían hecho mayores y habían iniciado sus propias vidas lejos de casa. Por primera vez en su vida, Pedro comprendió que no había sabido disfrutar de las maravillas de la vida. Había pasado por la vida a toda prisa, sin pararse a ver todo lo bueno que había en el camino.

Pedro se puso muy triste y decidió ir al bosque donde solía pasear de muchacho para aclarar sus ideas y templar su espíritu. Al adentrarse en el bosque, advirtió que los arbolitos de su niñez se habían convertido en robles imponentes. El bosque mismo era ahora un paraíso natural. Se tumbó en un trecho de hierba y se durmió profundamente.

Al cabo de un minuto, oyó una voz que le llamaba. Alzó los ojos y vio que se trataba nada menos que de la anciana qu muchos años atrás le había regalado el hilo mágico. “¿Has disfrutado de mi regalo?”, preguntó ella. Pedro no vaciló al responder: “Al principio fue divertido pero ahora odio esa pelota. La vida me ha pasado sin que me enterase, sin poder disfrutarla.Claro que habría habido momentos tristes y momentos estupendos, pero no he tenido oportunidad de experimentar ninguno de los dos. Me siento vacío por dentro. Me he perdido el don de la vida. “Eres un desagradecido, pero igualmente te concederé un último deseo”, dijo la anciana. Pedro pensó unos instantes y luego respondió: “Quisiera volver a ser un niño y vivir otra vez la vida”. Dicho esto se quedó otra vez dormido.

“Pedro volvió a oír una voz que le llamaba y abrió los ojos. ¿Quien podrá ser ahora?, se preguntó. Cual no sería su sorpresa cuando vio a su madre de pie a su lado. Tenía un aspecto juvenil, saludable y radiante. Pedro comprendió que la extraña mujer del bosque le había concedido el deseo de volver a su niñez. Ni que decir tiene que Pedro saltó de la cama al momento y empezó a vivir la vida tala como había esperado. Conoció muchos momentos buenos, muchas alegrías y triunfos, pero todo empezó cuando tomó la decisión de no sacrificar el presente por el futuro y empezar a vivir en el ahora.

martes, 8 de febrero de 2011

Proverbio chino




"La mano que te da unas rosas siempre conserva una parte de la fragancia".

domingo, 6 de febrero de 2011

Infidelidad

Fue un día de verano, quería convencerse de que estaba confundido, de que sus pensamientos sólo eran atisbos de la locura que embargaba su cuerpo, celos infundados, el resultado de un amor no correspondido...

Cogió el tren que llevaba hasta su calle, y apostado en una esquina esperó, esperó durante horas, hasta que la vió aparecer. Estaba radiante, tan bonita como la recordaba, tan altiva como se mostraba con él, tan segura de sí misma caminando... La siguió, y por un momento se olvidó de su propósito, le embriagaba su perfume, iba detrás de ella como arrastrado por una fuerza que se apoderaba de su mente, nublando todos sus sentidos, llegó a una esquina, torció, y cuando consiguió alcanzarla, todas las nubes se disiparon dando paso al dolor, la incredulidad, la muerte del corazón, allí estaba, besándose con otra persona, apretándola contra la pared, arremetiendo con toda su pasión, escudriñando con su mano la entrepierna, jadeando intensamente sólo por un beso....

Recordó las veces que ellos hacían el amor, ya no eran apasionadas, eran mecánicas, aunque a él, su cuerpo, su olor, le volvía loco, pero todas y cada una de las veces en que intimaban, ella se encargaba de enfriar sus ganas, ponía a congelar su intensidad, y terminaba siendo una vez más, una de tantas, de esas que no merece la pena guardar en la retina.... Y ahora estaba allí, viendo como ponía todo su empeño en electrizar a otra persona, otra persona, ni siquiera podía distinguirla, no podría decir si era hombre, o mujer, si era rubio o moreno, ella lo tenía completamente atrapado entre sus garras, no quería mirar, pero tampoco podía dejar de hacerlo, se estaba quemando, pero ya era demasiado tarde para salvarse, asi que esperó, esperó y esperó para ver a su rival, ese que cada noche en la distancia le arrebataba todos sus placeres.
Su dolor era tan intenso que no pudo soportarlo y cayó al suelo, como si un rayo le hubiese fulminado y le hubiese partido en dos.....

sábado, 5 de febrero de 2011

Vino

Vino. Siempre le gustó el color vino, es elegante, pero carece de la sobriedad del negro. Paseaba con su vestido de satén, color vino, medias de rejilla, peep toes de tacón fino, y bolso de mano, contoneando las caderas al ritmo de la sensual música que siempre ronda sus pensamientos, poniendo banda sonora a sus emociones controladas.

Carolina había echado a un lado los tejanos y la cazadora de cuero, se había soltado la coleta dejando la larga melena caer sobre su espalda, a modo de cascada, ligeramente ondulada, como si fuera agua recorriendo su espalda. Ya no era la yonki, ahora era ella misma droga pura. El halo de tristeza y fragilidad que desprendía allá por donde pasaba, había desaparecido dando paso a un aroma de ligera sensualidad, lo justo para atraer a las abejas a la miel sin asustarlas.

Se dirigía a una reunión de antiguos alumnos, hacía tiempo que estaba programada, del mismo modo que hacía tiempo que no pensaba asistir, a Carolina nunca le gustó mirar atrás, no tenía relación con sus compañeras del colegio, y salvo con uno de sus mejores amigos tampoco mantenía relaciones con los del instituto. Jamás encajó, siempre fue la triste, la rara, la amante de la poesía y del jazz, la que para ir a una fiesta no cambiaba la cazadora de cuero por un vestidito de pitimini que dejará a la luz todos los encantos que con dicieseis años se pueden tener. Era la que jamás dió una calada a un porro. La que nunca salió con un compañero, o eso creían todos. Ahora Carolina era distinta, tenía dentro de si la parte que le hacía fuerte, se había engullido por completo a su amante con sus excusas baratas y las promesas vacías, ahora con él podía hacía hacer frente al mundo, a las burlas de sus antiguas compañeras, porque más que ellos, eran ellas las que le juzgaban por no seguir el ritmo que las líderes marcaban.

Podía haber llegado acompañada por su gran amigo, pero declinó la oferta, queria llegar sola, después de todo, asi es como pasó aquellos años de instituto. Cuando llegó al restaurante, puntual, en eso no había cambiado, la mayoría de los asistentes eran los chicos, escuchó un leve murmullo acompañado de miradas atónitas, no se podían creer lo que estaban viendo. Besos, abrazos, sonrisas, hipocresía, más besos, más sonrisas más hipocresía, ahora mezclado con deseos que aprietan la entrepierna. Preguntas acerca de su vida, de como han trascurrido estos quince años, Carolina entre lágrimas les cuenta que recientemente se ha quedado viuda, era tan joven y tan guapo... se querían tanto, el trabajo le va fenomenal, es representante de Chanel en España, pero ahora se ha cogido una excedencia para recuperarse del mal trago, seguramente hará un viaje en su pequeño barco por el mediterráneo, para exparcir los restos de su amado incinerado.
Asi Carolina, ya tiene al público en el bolsillo.

Poco a poco iban llegando las chicas, el tiempo causa estragos en los cuerpos femeninos, salvo en unas pocas, la maternidad se hace patente en sus caderas y en sus pechos embutidos como antaño en un sujetador de una talla menos de la precisa. Carolina, sentada en una de las esquinas, esperaba paciente para dar el golpe de impacto, cuando el aforo estaba completo, se disculpó y se levantó al baño. Esta vez los murmullos se apoderan de la sala, miradas de hito en hito, envidias recuperadas con el transcurso del tiempo, la vida de la pobre viuda saltaba de silla en silla, hasta que Carolina regresó a su asiento.

El, llegó el último, el guapo del instituto, el que llevaba a todas de cabeza, a todas menos a Carolina, y por eso siempre fue el blanco de sus bromas, a Carolina aún no se le había olvidado el día que llegó completamente empapada a clase de gimnasia porque a él, se le había ocurrido verterle una botella grande agua encima mientras bajaban las escaleras. Su primera mirada fue para Carolina, mirada que ella no devolvió provocando todavía más su curiosidad.

Durante toda la noche Carolina evitó deliberadamente al tipo guapo, hablando con los empollones, riendo con ellos y acariciándoles la cara de cuando en cuando, bailando y en definitiva alegrándoles la noche haciéndoles sentir protagonistas al estar al lado de la belleza del momento.

Carolina decidió retirarse sin despedirse de nadie, como era de esperar, él salió detrás de ella, con la excusa de acompañarle a casa, a esas horas ya se sabe, una mujer viuda.... Carolina le miró fijamente a los ojos, y con una seguridad pasmosa, le preguntó si esta noche también se iba a masturbar pensando en ella. La ira se apoderó de él, la sujetó por la cintura, y le contestó que esta noche quería que ella le hiciera todas las cosas con las que fantaseaba entonces, esperaba que no siguiera siendo tan mojigata.....


Al día siguiente aparece un nuevo cadáver descuartizado en la puerta de un instituto.

viernes, 4 de febrero de 2011

Recuerdos




Suspiro, y en el aire tú cazas palabras.
Siembro ganas que crecen en la soledad del alba.
Recordamos viejas promesas,
me miras, y me besas.
Te robo en este sueño gastado
y te muestro con todos los labios
el abanico de matices perdidos.
Heroína de recuerdos
como un brote nuclear,
¿qué pensarías si me apaño un segundo
pensando sólo en tus manos?

jueves, 3 de febrero de 2011

Ciencia de amor

No sé. Sólo me llega, en el venero
de tus ojos, la lóbrega noticia
de dios; sólo en tus labios, la caricia
de un mundo en mies, de un celestial granero.
¿Eres limpio cristal, o ventisquero
destructor? No, no sé... De esta delicia,
yo sólo sé su cósmica avaricia,
el sideral latir con que te quiero.
yo no sé si eres muerte o eres vida,
si toco rosa en ti, si toco estrella,
si llamo a Dios o a ti cuando te llamo.
Junco en el agua o sorda piedra herida,
sólo sé que la tarde es ancha y bella,
sólo sé que soy hombre y que te amo.

martes, 1 de febrero de 2011

Te odio




Te odio, como nadie en este mundo te odiará.
Te odio, como no se puede odiar a nadie más.
Te odio, porque siempre sigues, siempre sigues, siempre sigues, ahí.
Te odio, tanto que podría hacerte resucitar de miedo.




Miedo





Cuánto más me sujetas, más miedo tengo de caer.