Dragón de fuego

"Soy un fuego inextinguible,
el centro de toda energía,
El corazón firme y heroico.
Soy la verdad y la luz,
En mi imperio abarco el poder y la gloria.
Mi presencia
Dispersa las nubes oscuras.
Y soy el elegido
Para dominar a los Hados".


SOY EL DRAGÓN







miércoles, 29 de diciembre de 2010

Laberinto



Me haces cosquillas entre las sábanas, me río, me retuerzo. Lucho, me sujetas con firmeza de las muñecas y hundes tu cabeza en mi cuello que pugna por deslizarse hacia mis pechos mientras forcejeo. Cumples tu objetivo y te deleitas con ellos, sueltas mis muñecas, ahora tus manos se pierden por mi vientre, haciendo círculos, como si estuvieran dentro de un laberinto del que no saben salir, acariciando mis suavidades y relajando mis ansiedades. Arqueo la espalda y te susurro que cruces la puerta del Olimpo, pero has decidido libar mis néctares, cuando el placer que me regalas está a punto de explotar, regresas a mis brazos con la intención de apagar el fuego que llevas dentro, copulamos como dos animales en celo. El éxtasis nos abraza con dulzura, descansas sobre mi pecho, quiero enrredar mis dedos entre tus cabellos, me doy cuenta, nunca he tenido cosquillas, y lo que yace sobre mi no eres tú, es un esqueleto, me tiene atrapada con su abrazo, me convierte en humo y me aspira hacia él. Ahora me encuentro perdida en periostios de melancolías, surcando tuétanos de tristeza. Las epífisis entonan sus cantos de sirenas, esos que te envuelven y no te permiten pensar en nada, esos que te arrastran hacia el abismo de la soledad. Y entre tanto tejido óseo, me siento sola, y sé que por mucho que intente desgastar cualquiera de esos huesos, las costillas sería lo más fácil, nunca saldré de este enjambre. A pesar de que escucho voces a lo lejos, que me reclaman, siento que me abandono a los cantos de sirenas, siento que me arrastran al fondo, quiero tumbarme allí y no moverme jamás, me encomiendo en cuerpo y alma al esqueleto que me abraza.

martes, 28 de diciembre de 2010

Mis ojos

Mis ojos, sin tus ojos, no son ojos,
que son dos hormigueros solitarios,
y son mis manos sin las tuyas varios
intratables espinos a manojos..

No me encuentro los labios sin tus rojos,
que me llenan de dulces campanarios,
sin ti mis pensamientos son calvarios
criando nardos y agostando hinojos.

No sé qué es de mi oreja sin tu acento,
ni hacia qué polo yerro sin tu estrella,
y mi voz sin tu trato se afemina.

Los olores persigo de tu viento
y la olvidada imagen de tu huella,
que en ti principia, amor, y en mí termina.





Miguel Hernández

lunes, 27 de diciembre de 2010

Infiernos que no arden






No vives apostada en una esquina, esperando al cliente de turno, ese que mancilla cuerpos a cambio de billetes; tú vives en un palacio, donde cada día se mancilla tu alma, vas vendiendo tu libertad a trozos, sin saber muy bien a cambio de qué. Te refugias en la excusa del confort, no para ti, para el jardín del que cuidas, por un lado vendes y por otro compras. Estamos en crisis, todos los negocios se van tornando insostenibles, y el tuyo no es la excepción. Cada vez te cuesta más mantener las composturas, dibujar la sonrisa fingida, asentir, dar razones injustas, se hace cuesta arriba vivir este guión improvisado que no es el que te habías estudiado. Eres una pobre diabla vagando por infiernos que ni siquiera arden....

sábado, 25 de diciembre de 2010

Soy lo que soy






Soy lo que soy,

Y no me ha inventado nadie.
Todo lo que doy, todo lo que soy,
Todo lo que forma parte.
Todo lo que se, todo lo que ves,
Al final soy sólo lo que soy.



Y donde estoy cada día encajo menos.



Siento que te extraño





Nunca fui la dulce niña de tus ojos, ni la mejor barca del mar, nunca de nadie, dueña de todo, de lo imposible, de lo irreal, la melancolía es un licor bien caro, no te has dado cuenta y ya te ha emborrachado......
Siento que te extraño.



De lo único de lo que estoy borracha es de melancolía.

viernes, 24 de diciembre de 2010

Carta desde África




Querido Nicolás:

Me llamo Dadar y tengo ocho años. Me han dicho que en otros países los niños te escriben cartas y llegas a sus casas una noche como la de hoy, cargado de regalos. Yo he decidido probar suerte a ver qué hay de cierto en esa historia.

Dicen que para esto suceda, hay que portarse bien. Yo no he podido portarme bien. A veces las guerrillas no me permiten ir a la escuela, tengo que coger el rifle y pasear por la selva, una vez me obligaron a matar a una señora blanca, pero era mi mamá o ella, no puedo quedarme sin mi mamá, tengo cinco hermanos más pequeños, yo sé que lo entenderás. Papá está muy enfermo, asi que ella tiene que cuidarnos.

Quería pedirte que este año ninguna bala atraviese nuestros cuerpos, que lleguemos todos enteros hasta el año que viene, claro que para sobrevivir necesitamos comida y agua. También me ha contado que la noche de mañana hay gente que come mucho más de lo que nosotros comemos en un mes, ¿cómo les cabe en la tripa????????????? a mi apenas me caben dos puñados de arroz de golpe. Rezaré por esas personas para que no se pongan enfermas, son las que nos mandan comida de vez en cuando, si se mueren no podrán mandarnos nada.

Nuestra choza va a aguantando, te pido también que no haya ningún temporal, asi papá puede estar tumbado, descansando, sin miedo de que se lo coman los leones, huelen la sangre a kilómetros.

Si este año me cumples los deseos, el año que viene te pediré uno más importante, porque yo, Sr. Nicolás, quiero ser médico para curar a mi padre y a los niños que están enfermos en la aldea, pero no tengo dinero para estudiar, creo que el año que viene te pediré un saco de dinero para poder estudiar.

Espero que sea verdad todo lo que cuentan de ti y serás mi idolo para siempre.

Dadar.









Este año he decidido hacer huelga de consumismo, se celebra el nacimiento de un niño, que nació entre paja y heno, con burros y mulas, en medio de la nada. Me da vergüenza comer por comer, mientras otros no tienen qué llevarse a la boca.

jueves, 23 de diciembre de 2010

Eunice Odio



I


Estoy sola,
muy sola,
entre mi cintura y mi vestido,
sola entre mi voz entera,
con una carga de ángeles menudos
como esas caricias
que se desploman solas en los dedos.
Entre mi pelo, a la deriva,
un remero azul,
confundido,
busca un niño de arena.
Sosteniendo sus tribus de olores
con un hilo pálido,
contra un perfil de rosa,
en el rincón más quieto de mis párpados
trece peregrinos se agolpan.



II

Arqueándome ligeramente
sobre mi corazón de piedra en flor
para verlo,
para calzarme sus arterias y mi voz
en un momento dado
en que alguien venga,
y me llame...
pero ahora que no me llame nadie,
que no quepo en la voz de nadie,
que no me llamen,
porque estoy bajando al fondo de mi pequeñez,
a la raíz complacida de mi sombra,
porque ahora estoy bajando al agónico
tacto de un minero, con su media flor al hombro,
y una gran letra de te quiero al cinto.
Y bajo más,
a las inmediaciones del aire
que aligerado espera las letras de su nombre
para nacer perfecto y habitable.
Bajo,
desciendo mucho más,
¿quién me encontrará?
Me calzo mis arterias
(qué gran prisa tengo),
me calzo mis arterias y mi voz,
me pongo mi corazón de piedra en flor,
para que en un momento dado
alguien venga,
y me llame,
y no esté yo
ligeramente arqueada sobre mi corazón, para verlo.
y no tenga yo que irme y dejar mi gran voz,
y mi alto corazón
de piedra en flor.

martes, 21 de diciembre de 2010

Esta nostalgia



Este sueño que vivo,
esta nostalgia con nombre y apellido,
este huracán encerrado tambaleando mis huesos,
lamentando su paso por mi sangre...
No puedo abandonar el tiempo y sus rincones,
el valle de mis días
está lleno de sombras innombrables,
voy a la soledad como alma en pena,
desacatada de todas las razones,
heroína de batallas perdidas,
de cántaros sin agua.
Me hundo en el cuerpo,
me desangro en las venas,
me bato contra el viento,
contra la piel que untada está a la mía.
Qué haré con mi castillo de fantasmas,
las estrellas fugaces que me cercan
mientras el sol deslumbra
y no puedo mirar más que su disco
-redondo y amarillo-
la estela de su oro lamiéndome las manos,
surcándome las noches,
desviviéndome,
haciéndome desastres...
Me entregaré a los huracanes
para pasar de lejos por esa luz ardiendo.
Estoy muriéndome de frío.

viernes, 17 de diciembre de 2010

Te regalo

Te regalo mis sueños y mi hastío,


la mejor prenda que tengo,

mi corazón enamorado de tu esencia,

el contenido de mis besos

presos de nuestro amor prohibido,

el sueño humedecido,

la reminiscencia de mi copa de vino.

un espacio de mi ávido pecho,

mi historia con su significado auténtico,

y mi indefensa voluntad cuando te veo.

Te regalo mi vida, que tan poco vale sin ti,

el instante en que te conocí,

mi pasión cuando escuché de tus labios

mi nombre poema de amor,

que profanó mi sueño prohibido.


Fausto, el anónimo.

jueves, 16 de diciembre de 2010





No creo que pueda haber nada más bello en una ciudad que pasear por sus calles y embriagarte con poemas.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

Esencia de muñeca




Paseando por calle, se encontró una muñeca, sucia y estropeada. La recogió, le inspiró ternura, decidió llevársela y darle vida.
Le arregló el pelo, cambió las lanas deshilachadas por unas nuevas, del color que a él le gustaban, las muñecas rubias le recordaban a Barbie, que nunca fue santo de su devoción, buscaba algo diferente. Le compró un vestido blanco, inmaculado, que resaltase su pureza, su inocencia. La lavó con suma paciencia y volvió a dibujar su rostro, manteniendo el pulso firme en aquella difícil tarea. Sólo faltaba encontrar unos zapatos perfectos.

Lo que no sabía es que la muñeca cobraba vida, no de noche como suelen hacer todos, esta lo hacía al alba. Se levantaba con él, y a hurtadillas iba observando como se desperezaba, desayunaba, recogía la casa antes de ir a su jornada laboral, poco a poco se iba a acostumbrando a él. Le gustaban sus manos, cuando la sujetaba para intentar que reluciese como merecía,  su mirada de dulzura cuando sostenía su cabeza para que no se callese hacia un lado. No conseguía entender por qué estaba solo, y deseó ser mujer, para llenarle de vida, como había hecho él por ella.

Un día, apareció con los zapatos, se los puso y la miró, estaba bellísima, pero había perdido su esencia. Ya no era esa muñequita que precisa de protección e inspiraba amor por cada hilo de su diminuto cuerpo. La guardó en una vitrina, la de las cosas curiosas, y allí se quedó por un tiempo indefinido. La muñeca lamentaba el abandono, echaba de menos sus manos, cálidas, que le proporcionaban un gran bienestar, seguridad, en sus manos se sentía a salvo de todo. De vez en cuando, él pasaba por la vitrina y echaba un vistazo, no podía evitar recordarla tal y como la había encontrado.

El tiempo que siempre hace su trabajo, y lo hace bien, le devolvió a la muñeca su anterior aspecto, algo más cuidado quizá, pero sus ropas volvieron a envejecer, las lanas de su pelo sonreían deshilachadas, su sonrisa medio difuminada. Se pasó los días mirando a su salvador, conociéndole, aprendiendo sus manías y sus virtudes, y no pasó ni uno solo en el que no desease ser mujer y acompañarle en su camino.
El había perdido la esperanza de encontrar a una persona que cumpliese sus expectativas, no es que fueran altas, quizá eran diferentes. Sin saber por qué, precisó de la compañía de la muñeca y fue a buscarla.
Cuando la vió, se estremeció, volvía a tener el aspecto que le había conducido un día hasta él, la tomó en sus brazos y la besó, pensando que sería una compañera perfecta, asumiendo que jamás volvería a intentar cambiarla, porque así, tal y como estaba, era preciosa.
La magia de los deseos de ambos se hizo realidad a la mañana siguiente, la esencia de la muñeca se presentó en forma de mujer en su puerta, le dijo que algo le había conducido hasta allí sin saber muy bien la razón, él nada más verla lo supo y no le dejó marchar jamás.


http://www.youtube.com/watch?v=7AlktEc15HY

domingo, 12 de diciembre de 2010

La princesa prisionera

Había una vez una princesa, morena, agitanada, de largos cabellos ondulados, ojos almendrados intensos como la noche, prisionera en su torreón por una maldición. La joven sólo podía asomarse a su ventana, ese, era su único ángulo para contemplar el mundo y ver la vida pasar. En sus aposentos, poseía muchos libros, una cocina diminuta pero preciosa, en la que podía poner en práctica su amor por los fogones, tapices hermosos que bordar, diferentes actividades que la mantenían ocupada durante todo el día evitando asi el tedio.

Cierta noche, se hallaba asomada a la ventana contemplando las estrellas del único trozo de firmamento que para ella estaba disponible, vislumbró a lo lejos, entrando en el jardín que se hallaba en palacio, un joven, parecía perdido, puesto que miraba hacia todos los lados con sorpresa y desorientado. Ella permaneció en silencio, sin moverse ni un ápice, observando cada uno de los movimientos del joven, que tan apuesto parecía. La luna, que se apiadó de la soledad de la princesa, emitió un intenso reflejo en sus cabellos negros y cual espejo haciendo señales, atrajo la mirada del joven hacía la ventana donde se hallaba prisionera. Se acercó hacia ella, y se colocó justo debajo. No se distinguían muy bien, pero no podían dejar de observarse.

La distancia entre ellos era considerable, no podían comunicarse verbalmente, asi que al joven, que venía acompañado por su paloma mensajera, se le ocurrió escribir unas letras a la princesa. Letras, que llegaron profundamente al corazón de ésta, puesto que apenas tenía contacto con nadie y no estaba acostumbrada a despertar el interés del sexo opuesto. Ella cogió un papel y contestó de la forma más correcta que supo al joven, para no darle a entender su turbación y lanzó de vuelta a la paloma. Asi pasaron la noche, mandándose mensajes sin cesar. Cuando llegó el alba, el joven tuvo que partir raudo y veloz pues asuntos urgentes le esperaban para ser atendidos.

La princesa pasó el día releyendo las palabras del joven, una y otra vez, deseando que esa noche se repitiese la historia. Casi no pudo comer, ni concentrarse en sus tareas, se pasó el día peinando su cabello, acicalando su rostro, buscando el vestido adecuado, a pesar de que era consciente de que él, apenas podía verla. Llegó la noche y el joven como era de esperar, allí estaba, apostado tras un arbusto, esperando a que la princesa se asomase a la ventana, comenzaron a escribirse bellas palabras y enamorarse poco a poco, noche tras noche.

Tantas noches pasaron carteándose que sus corazones inflamados necesitaban acariciarse, sentir el calor del otro en sus brazos, probar la miel de sus labios, pero la princesa no podía salir del torreón. Trazaron miles de planes, el joven intentó en vano trepar por el torreón, pero nada dió resultado, tenían que conformarse con las letras que amorosamente se enviaban y su imagen distorsionada por la distancia.

Cansada la luna, que ya se apiadó en una ocasión de su soledad, de escuchar los llantos de la princesa, una noche, tejió con sus rayos una escalera que permitiese al joven subir hasta los aposentos de la prisionera. Cuando el joven estuvo frente a ella, la encontró dolorosamente bella, y no pudo articular palabra. Ella sintió lo mismo, le temblaron las piernas y para no derrumbarse se arrojó a los brazos de él. Asi, sin mediar palabra, se amaron toda la noche, intensamente, calmando las ansias que les habían consumido tantas noches de separación forzada.

Cuando llegó el alba y el joven fue obligado por la luna a abandonar a su amada, lo hizo entre lágrimas, abrasado por un amor tan fuerte que le dolía el alma al saber que no podría volver a sentir el tacto de su suave piel aceitunada. La prisionera, sabedora de que aquella era la única vez en que el joven podría acceder a sus aposentos, decidió dormir para siempre con el sabor de su amado en su boca, con sus caricias vistiendo su cuerpo. Tomó el licor que tenía para espantar a las ratas que se acercaban a su cocina, se acostó y arrullada por los recuerdos del joven que le había devuelto a la vida, durmió eternamente junto a su recuerdo.

La luna fue la encargada de dar la noticia al joven, que cegado por la aflicción de haber perdido a su princesa, corrió a su tumba y se clavó su espada sobre ella, regando con su sangre los restos de la joven, uniendo sus cuerpos y sus almas para siempre.

sábado, 11 de diciembre de 2010

El beso

Contacto que convoca al silencio, a la intensidad del ahora.


Si es genuino siempre es artesanal. Es un aterrizaje y, al mismo tiempo, alas que se unen para volar, fusión, compromiso transformador, mariposa labial instantánea, colorida como los sueños que la sostienen.

No se explica, se ejercita.

Es un mensaje total, transita sólo de boca a boca. Es un mordisco sumamente cuidadoso. Su desnudez, simpleza y entrega, siempre conmueve, pues ven mejor al otro en la oscuridad total.


Terminaría con dos frases que no necesitan explicación, en sí mismas lo dicen todo:

"En un beso, sabrás todo lo que he callado" Pablo Neruda

"Si no vibras con mis besos, estás besando mi fracaso" Eise Osman

viernes, 10 de diciembre de 2010

Capítulo tres

Pasan tres años, Magda no ha superado su historia con Marcos, tiene dieciseis años y todavía no ha besado a nadie, tampoco le apetece. Se ha sentido atraída por chicos, pero ninguno le ha llenado especialmente. Sigue soñando con el fue su primer amor, de hecho, cuando volvió el verano siguiente, y el siguiente, le sorprendió más de una vez espiándole, Marcos trabajaba en otra tienda, un día pasó por casualidad y lo vió, desde entonces cada día pasaba por “casualidad”, aunque el jamás volvió a dirigirle la palabra. Ese silencio fue lo que Magda nunca pudo superar, el no saber que fue lo que pasó, por qué Marcos nunca tuvo el valor de decirle que lo suyo no podía seguir, pero claro, tampoco se habían pedido salir, cómo iban a terminar. El corazón de Magda se rompió cuando tenía trece años y nunca volvió a ser el mismo. Ahora conocía el dolor del final, del nada es eterno y todo termina, de la distancia corroe hasta las historias más intensas y más preciosas. Nunca ha vuelto a mirar igual a su madre ni a su hermana, sigue culpándolas de su fracaso.


Elsa se ha convertido en una jovencita bellísima, pero Magda sabe que es cruel, no tiene suficiente con torturarla a ella, también lleva tiempo haciendo lo mismo con Ezequiel, y lo peor de todo es que él no se da cuenta, de verdad se cree que Elsa está interesada en él, lo único que quiere es jugar, como hace con todos nosotros, con papá, quiere satisfacer sus caprichos y que todos estemos a sus pies, a su disposición. Desde que Eze le empezó a llevar en moto a sus entrenamientos, no le ha dejado en paz. Algún día Eze conocerá a otra chica, una que se preocupe un poco por él, y no sólo por su moto, es buen chico. Me gusta cuando quedamos en los recreos del insti, con él encajo, de su mano consigo que me respeten, no soy la rara, la que no sale con chicos, la que no fuma, la que no bebe.

domingo, 5 de diciembre de 2010

Eso era amor

Le comenté:
-Me entusiasman tus ojos.
Y ella dijo:
-¿Te gustan solos o con rimel?
-Grandes,
respondí sin dudar.
Y también sin dudar
me los dejó en un plato y se fue a tientas.


Angel Gonzalez

sábado, 4 de diciembre de 2010

Si tú no vuelves

Si tú no vuelves
se secarán todos los mares
y esperaré sin ti
tapiado al fondo de algún recuerdo
Si tú no vuelves
mi voluntad se hará pequeña...
Me quedaré aquí
junto a mi perro espiando horizontes
Si tú no vuelves
no quedarán más que desiertos
y escucharé por si
algún latido le queda a ésta tierra
Que era tan serena
cuando me querías
habia un perfume fresco que yo respiraba
era tan bonita, era así de grande
no tenía fin..
Y cada noche vendrá una estrella
a hacerme compañía
que te cuente cómo estoy
y sepas lo que hay
Dime amor, amor, amor
estoy aquí ¿no ves?
Si no vuelves no habrá vida
no sé lo que haré
Si tú no vuelves
no habrá esperanza ni habrá nada
Caminaré sin tí
con mi tristeza bebiendo lluvia.


http://www.youtube.com/watch?v=JQkMSj2gfc8&NR=1

jueves, 25 de noviembre de 2010

Perdóname el dolor, a veces

Perdóname el dolor, a veces,*
perdóname la tristeza casi siempre
y la soledad
(es así como llamo a tu ausencia).
Perdóname el silencio
y las palabras
ahora.
Perdóname la alegría si te tengo
un poco,
los encuentros, los versos,
mi pobre vida.
Perdóname la esperanza
todavía(la tomo sin dármela
y la asumo como único alimento).
Perdóname que hable
que calle
que respire
pero nunca que te ame.
Condena mi amor, castígame por él,
quiero el infierno por patria y aposento,
que los días me torturen y conozca la fatiga,
que tus reproches me vistan de martirio,
tu fúria de sangre.
Maldita y desterrada, te seguiré queriendo
y seré, más que nunca, imperdonable.


Pilar Pallarés.

miércoles, 24 de noviembre de 2010

Lluvia


La lluvia tiene un vago secreto de ternura,

algo de soñolencia resignada y amable,

una música humilde se despierta con ella

que hace vibrar el alma dormida del paisaje. E

s un besar azul que recibe la Tierra,

el mito primitivo que vuelve a realizarse.

El contacto ya frío de cielo y tierra viejos

con una mansedumbre de atardecer constante.

Es la aurora del fruto. La que nos trae las flores

y nos unge de espíritu santo de los mares.

La que derrama vida sobre las sementeras

y en el alma tristeza de lo que no se sabe.

La nostalgia terrible de una vida perdida,

el fatal sentimiento de haber nacido tarde,

o la ilusión inquieta de un mañana imposible

con la inquietud cercana del color de la carne.

El amor se despierta en el gris de su ritmo,

nuestro cielo interior tiene un triunfo de sangre,

pero nuestro optimismo se convierte en tristeza

al contemplar las gotas muertas en los cristales.

Y son las gotas: ojos de infinito que miran

al infinito blanco que les sirvió de madre.

Cada gota de lluvia tiembla en el cristal turbio

y le dejan divinas heridas de diamante.

Son poetas del agua que han visto y que meditan

lo que la muchedumbre de los ríos no sabe.

¡Oh lluvia silenciosa, sin tormentas ni vientos

,lluvia mansa y serena de esquila y luz suave,

lluvia buena y pacifica que eres la verdadera,l

a que llorosa y triste sobre las cosas caes!

¡Oh lluvia franciscana que llevas a tus gotas

almas de fuentes claras y humildes manantiales!

Cuando sobre los campos desciendes lentamente

las rosas de mi pecho con tus sonidos abres.

El canto primitivo que dices al silencio

y la historia sonora que cuentas al ramaje

los comenta llorando mi corazón desierto

en un negro y profundo pentagrama sin clave.

Mi alma tiene tristeza de la lluvia serena,

tristeza resignada de cosa irrealizable,

tengo en el horizonte un lucero encendido

y el corazón me impide que corra a contemplarte.

¡Oh lluvia silenciosa que los árboles aman

y eres sobre el piano dulzura emocionante;

das al alma las mismas nieblas y resonancias

que pones en el alma dormida del paisaje!




Jose Luis Borges



Y es que, 13 días de lluvia sin tregua, son demasiado incluso para mi.

martes, 23 de noviembre de 2010

La princesa está triste


La princesa está triste... ¿Qué tendrá la princesa?
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
La princesa está pálida en su silla de oro,
está mudo el teclado de su clave sonoro,
y en un vaso, olvidada, se desmaya una flor.
El jardín puebla el triunfo de los pavos-reales.
Parlanchina, la dueña dice cosas banales,
y vestido de rojo piruetea el bufón.
La princesa no ríe, la princesa no siente;l
a princesa persigue por el cielo de Oriente
la libélula vaga de una vaga ilusión.
¿Piensa acaso en el príncipe de Golconda o de China,
o en el que ha detenido su carroza argentina
para ver de sus ojos la dulzura de luz,
o en el rey de las islas de las Rosas fragantes,
o en el que es soberano de los claros diamantes,
o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?
¡Ay!, la pobre princesa de la boca de rosa
quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,
tener alas ligeras, bajo el cielo volar;
ir al sol por la escala luminosa de un rayo,
saludar a los lirios con los versos de Mayo,
o perderse en el viento sobre el trueno del mar.
Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
Y están tristes las flores por la flor de la corte,
los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte
de Occidente las dalias y las rosas del Sur.
¡Pobrecita princesa de los ojos azules!
Está presa en sus oros, está presa en sus tules
en la jaula de mármol del palacio real;
el palacio soberbio que vigilan los guardas,
que custodian cien negros con sus cien alabardas,
un lebrel que no duerme y un dragón colosal.
¡Oh, quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!
(La princesa está triste. La princesa está pálida.)
¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
¡Quién volara a la sierra donde un príncipe existe
(La princesa está pálida. La princesa está triste.)
más brillante que el alba, más hermoso que Abril!
«Calla, calla, princesa, dice el hada madrina,
en caballo con alas, hacia acá se encamina,
en el cinto la espada y en la mano el azor,
el feliz caballero que te adora sin verte,
y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
a encenderte los labios con su beso de amor.»
Rubén Dario

lunes, 22 de noviembre de 2010

Exilio

Esta manía de saberme ángel,
sin edad,sin muerte en qué vivirme,
sin piedad por mi nombre
ni por mis huesos que lloran vagando.
¿Y quién no tiene un amor?
¿Y quién no goza entre amapolas?
¿Y quién no posee un fuego, una muerte,
un miedo, algo horrible,
aunque fuere con plumas,
aunque fuere con sonrisas?
Siniestro delirio amar a una sombra.
La sombra no muere.Y mi amor
sólo abraza a lo que fluye
como lava del infierno:una logia callada,
fantasmas en dulce erección,
sacerdotes de espuma,y sobre todo ángeles
,ángeles bellos como cuchillos
que se elevan en la noche
y devastan la esperanza.


Alejandra Pizarnik



http://www.youtube.com/watch?v=JU-lANuwEbc

viernes, 19 de noviembre de 2010

La muerte vive en mi casa


La muerte vive en mi casa, si, estoy diciendo bien, vive en mi casa.
Vino hace dos años y aquí se ha quedado, a veces me pregunto si no se aburre, siempre sentada en la misma silla, sola, sin hacer nada.

De vez en cuando le lavo la túnica, o le paso el plumero, porque no siempre me deja lavarla, le perfumo un poco, más que nada para darle algo de vida, pero claro, ella es todo muerte, e incluso le lubrico las articulaciones, esto último es defecto profesional. Sé que me agradece mucho todos los cuidados que le profeso, lo noto en su docilidad, siempre que me dirijo a ella es amable, educada.

Un día que le propongo lavar la túnica y me dispongo a quitársela, me mira, yo a ella no, por si me pierdo en la profundidad de su mirada nunca la miro a la cara, si es que tiene cara, y ella me pregunta:

-¿ No me temes?
- No, sé que estás en casa por mi, y yo no tengo miedo de irme. Lo que no entiendo muy bien es porque llevas aquí tanto tiempo.
- Estoy aquí y allí, al igual que a ti, acompaño a millones de personas, expectante, por si os rendís.
- Sabes de sobra que yo no me puedo rendir, tengo mis obligaciones.
- Lo sé, eres mucho más fuerte de lo que crees, pero aún te quedan infiernos que cruzar. ¿Te acuerdas de tu bisabuela?.
- Si...
- Ella sabía lo que te esperaba, te pareces mucho a ella en el carácter, luchó contra mi hasta el último día.
- 99 años de lucha son muchos....
- Se hacen cortos si hay motivaciones.
- ¿Tiene algo que ver que siempre me dijera que la luz que irradiaba me traería problemas?
- Era una predicción, si.

Hasta ahora no habíamos charlado de tú a tú, mis ojos se inyectan en lágrimas y con cierto resentimiento le pregunto:
- ¿Por qué? porque te los llevaste.
- Yo sólo les abracé cuando cayeron.
- ¡Pero tú eres la muerte!
- El hombre tiene el mismo poder que yo, estais dotados de la libertad de cambiar el destino, en un asesinato o en un suicidio no intervengo, simplemente soy una expectadora.
- Sólo tenía dos años...

Muerte me abraza y me susurra que ahora están mejor, donde van, nadie sufre, lo más duro es pasar el puente y ellos lo hicieron apenas sin enterarse.

Me recompongo, seco mis lágrimas, sacudo la falda, me giro y sigo cocinando.

- ¿Hasta cuando te quedarás?
- Dejarás de verme hoy, pero siempre estaré a tu lado, como cuando tenías 7 años y te caíste por el agujero de aquella escalera de caracol y quedaste colgada de la barriga dejando bajo tus pies un abismo de unos cincuenta metros, o como cuando tenías quince años y tú quisiste desafiar al destino, o a los veintidós, cuando quisieron desafiarlo por ti... Estar contigo, a tu lado, es la mejor manera de incentivarte para luchar contra mi, porque no me temes, me tratas de igual a igual, y esa, es la forma de seguir.
- Hasta la próxima, cuidate.

jueves, 18 de noviembre de 2010

Pastor

Pastor que con tus silbos amorosos
me despertaste del profundo sueño;
tú, que hiciste cayado dese leño
en que tiendes los brazos poderosos,
vuelve los ojos a mi fe piadosos,
pues te confieso por mi amor y dueño,
y la palabra de seguirte empeño
tus dulces silbos y tus pies hermosos.
Oye, Pastor que por amores mueres,
no te espante el rigor de mis pecados,
pues tan amigo de rendidos eres;
espera, pues, y escucha mis cuidados.
Pero, ¿cómo te digo que me esperes,
si estás para esperar los pies clavados?

miércoles, 17 de noviembre de 2010

Adorado invierno


Llega el invierno, y con él, mi alegría desmesurada. Los árboles, se desnudan antes las miradas pasivas, se desvisten de colores y sentimientos, y junto a ellos, ya no me siento fuera de lugar. El frío es mi salvoconducto a la contención, capas y capas de ropa que absorben la libidinosidad que a veces me destroza el ánimo y el sentido de la responsabilidad. Ganas de vivir que se apagan con los grises que nos ofrece esta estación gélida, heridas, indoloras ahora por el clima glacial. Me gusta el invierno porque me permite ser más yo, encerrarme en mi mundo interior, en mi habitación de cuatro por cuatro e imaginar cuantas cosas me plazcan, me salva de vivir fuera de estas paredes y sonreir a personas que no despiertan en mí nada. Templa mi piel caliente, congela mi rostro y refresca el corazón herido, hambriento, famélico, ávido de vida, de sentimiento. Amo retozar en la nieve que me purifica, ella anestesia la soledad impúdica y salaz que me consume con los fragores de otras estaciones.


Llega el invierno, y me encuentro a salvo.
Me gustaría bailar con el invierno esta canción, el mejor dueto que he escuchado de ella con diferencia:

lunes, 15 de noviembre de 2010

Licor de tu ausencia


Ebria, apurando la copa, con la botella del licor de tu ausencia en la mano, por más que bebo nunca se acaba, el culo de la botella siempre se renueva, tu ausencia sigue llenando el vidrio y emborrachando mis sentidos.Te maldigo, en silencio y a gritos, te odio, con mi cuerpo y con mi alma, tus recuerdos me arrastran humillando mi orgullo malherido, quiero estrellar la botella contra la pared, pero me aferro a ella, si pierdo tu ausencia, tu vacío, ya no me queda nada de ti, ese licor que quema mi corazón y ahoga mi garganta es el que mantiene vivos mis sentidos. Ahora, acaricio la botella como si fuera un tesoro, sintiendo que el frío tacto del cristal cura mis heridas, calma mi locura, bebo, el fuego se apodera de mi, y, como tantas y tantas veces, evoco tu cuerpo fantasmal para hacer el amor con él, sin soltar la botella, vínculo entre tú, fantasma, y mi maltrecho deseo, cuando llega el éxtasis, sacio mi sed en la botella, con tanta ansia, que no cabe ni una sola gota más, miro la botella, sigue llena, no sólo llena, el licor de tu ausencia rebosa, sale a borbotones, inundando la habitación, acariciándome mientras se burla, arrancándome lágrimas de dolor, esas lágrimas me consuelan, haciéndome caer en un profundo sueño donde puedo huir, hasta que mañana coja la botella y vuelva a beber......

domingo, 14 de noviembre de 2010

Tormenta


LLueve, llega a casa, empapada, con el cabello lleno del agua que va dejando las huellas de un camino a la cama. Exhausta, vestida únicamente con las gotas que han quedado sin secar. Se funde con las sábanas, de lado, abrazada a la almohada.

Está dormida pero se agita, su respiración se acelera, aunque acompasada, se desvela, un dedo, tibio, lento, recorre su espalda, pero ella no se puede mover. El dedo, pasa a ser mano, una mano firme, serena, que la acaricia deleitándose con cada centímetro de su piel. El deseo se apodera de la somnolienta, pero sigue sin poderse mover, la mano, adivina sus anhelos y cobija sus senos, turgentes, hambrientos de ímpetu. Sobre el cuello un aliento cálido, sobrecogedor, que la estremece con sus dentelladas, cada poro de su piel electrizado. Húmedos surcos navegables que afloran en respuesta a cada estímulo. En la penumbra, tiembla, ávida por poseer su sexo, voluptuso, él, ahonda en la orilla, bailan al son de los resuellos, firmes, crece el fuego de los delirios, la flama asciende y desciende, rápida, lenta, arriba y abajo, llegan los escrépitos, se da la vuelta para besar a su amante, pero no está....

Soneto XXIII

En tanto que de rosa y de azucena
se muestra la color en vuestro gesto,
y que vuestro mirar ardiente, honesto,
con clara luz la tempestad serena;

y en tanto que el cabello, que en la vena
del oro se escogió, con vuelo presto
por el hermoso cuello blanco,enhiesto,
el viento mueve, esparce y desordena:

coged de vuestra alegre primavera
el dulce fruto antes que el tiempo airado
cubra de nieve la hermosa cumbre.

Marchitará la rosa el viento helado,
todo lo mudará la edad ligera
por no hacer mudanza en su costumbre.




Garcilaso de la Vega

sábado, 13 de noviembre de 2010

Me fascinas y no te puedo

Me llamas, me retraigo.
Me invitas, me contengo.
Me convidas, me inhibo.
Me susurras, me estremezco.
Me incitas, me atemorizo.

Me alientas, me doblego.
Me calmas, me abandono.
Me deleitas, me embeleso.
Me avivas, me perdono.
Me estimulas, me crezco.

Me espoleas y te respondo.
Te seduzco y me tientas.
Me exhortas y te propongo.
Te miro y me observas.
Me fascinas y no te puedo.

jueves, 11 de noviembre de 2010

Mantis


Apostada en cualquier esquina,
buscando una tras otra excusa
para vender su alma mezquina,
camuflada a la luz de la luna
esperando su próxima víctima,
enfundada en un vestido negro
encaramada a tacones de aguja,
la melena ondea como reclamo,
"acércate, deséame,poséeme
soy suavizante para la tristeza,
analgésico para la soledad,
hastio para los deseos".
El susurro invita al obstinado,
desafía al osado.
La mantis salta sobre la presa,
siente el fuego que la posee, la ira,
en el interior las tormentas
que marcan el vaivén desenfrenado,
sacudidas, embestidas, sudores,
bailando el ritmo caliente de la vida.
Una vez saciada su sed, es la hora,
hay que matar al arriesgado....

La cantora nocturna

La que murió de su vestido azul está cantando.
Canta imbuida de muerte al sol de su ebriedad.
Adentro de su canción hay un vestido azul, hay
un caballo blanco,hay un corazón verde tatuado
con los ecos de los latidos de su corazón
muerto.
Expuesta a todas las perdiciones,ella
canta junto a una niña extraviada que es ella:
su amuleto de la buena suerte. Y a pesar de la
niebla verde en los labios y del frío gris en los ojos,
su voz corroe la distancia que se abre entre
la sed y la mano que busca el vaso.
Ella canta.

martes, 9 de noviembre de 2010

Una historia hecha canción

Esta es la historia de una muñequita rota que cayó en el agua.
Era tan pequeña nadie sabe muy bien cómo pero se ahogó...
Como era de tela, se hundió enseguida.
Ahora me sonríe desde el fondo del mar.
Rota al caer en agua esa muñeca que trataba solo de flotar,
ya no recuerda que el soldado la quiso salvar,
ella no supo agarrarse a ninguna parte,
y ahí rota se quedó...
Hace mucho tiempo un soldadito de plomo le pidió la mano,
ella tan bonita sin dudarlo ni un momento se la concedió,
se puso un vestido de lino blanco, él muy arreglado se la llevó.
Mira muñeca mía cómo te quiero y cómo voy a cuidarte,
no tengas miedo, nunca voy a soltarte, y la muñeca sonrió.
Mira muñeca mía cómo te quiero y cómo voy a cuidarte,
no tengas miedo, nunca voy a soltarte, y la muñeca sonrió.
Esa misma noche por el puerto las estrellas les acompañaron,
iban paseando muy felices y juntitos por el muelle en Mayo,
él se fue a buscarle la única flor, ella tan coqueta en el agua se miró.
Rota al caer en agua esa muñeca que trataba solo de flotar,
ya no recuerda que el soldado la quiso salvar,
ella no supo agarrarse a ninguna parte, y ahí rota se quedó...


http://www.youtube.com/watch?v=52e67BJAIX4



lunes, 8 de noviembre de 2010

Estatus de señora

Sola
día a día contemplo la fuerza
con que se impone el alba
mientras coso tu nombre en las cortinas.
Sola
habitante soy de una bella casa
donde mi persona es el mejor adorno
que de vez en vez de lugar cambias
pero nada es mío según las actas.
Sola
con mi estatus de señora bien casada,
esposa del brillante ejecutivo
que entiendo vive conmigo
por las huellas que deja en la cama.
Sola
cada noche río a carcajadas
con mi sombra de gran dama
y contemplo el rostro de la perfecta esposa
que desearía por una noche ser tu cortesana.




Lina Zerón

jueves, 4 de noviembre de 2010

Amor



“¿Que es el amor?”

“La ausencia total de miedo”, dijo el maestro.

“¿Y qué es a lo que tenemos miedo?”

“Al amor”, respondió el maestro.

lunes, 1 de noviembre de 2010

Yo


Afectuosa, quizá en exceso, gustosa o necesitada de contacto físico, no necesariamente sexual. Encajadora nata de golpes asestados por la vida. Inexperta encajadora de halagos. Baja autoestima. Sensual. Vergonzosa. Ecuórea. Estuosa. Leal. Letanía siempre en movimiento.
Romántica emperdernida. Enamorada del amor. Sensible pero fuerte. Condescendiente incluso en el amor. Amante de la libertad, no del libertinaje. Literata frustrada. Buscadora insaciable de la verdad, de la verdad de las intenciones y de los sentimientos. Ignorante. Inmigrante y extranjera. Solitaria. Compradora de falsas esperanzas. Vendedora de su fe. Hetaira. Sedienta de conocimiento. Etérea. Quebrada, resquebrajada y descompuesta. Marcada. Yo.

domingo, 31 de octubre de 2010

La alargada sombra del amor

¡Pues claro! Estás vivo, por tanto eres una máquina de sueños en funcionamiento. ¡Lo único que tienes que hacer es seguir accionando el mecanismo! La prueba de que tu máquina de sueños no está estropeada es que tienes a un gigante bobo que ha venido a darte un pedazo de sombra y a comer piñas a tu jardín, ¡eh!.

- Es por el relojito, no dejo de leer la inscripción del relojito...
- Ese reloj funciona con sueños, con el hecho de creer, y únicamente con eso
-¿Si?
-¡Pues si! No obstante tienes que volver a aprender a reir, a comer con gusto ¡debes reeducar tu gusto! Utiliza la sombra, lee, sueña, descansa, diviérte, aunque eso te parezca tan imposible como el día en que trataste de hacer el primer acorde de guitarra. Todo te parecerá ridículo, pero no abandones nada. ¡No cedas nada a la desesperación! Usa tus sueños. ¡Y si están rotos, pégalos! ¡Frótalos con tu sombra mágica , ya verás, amigo! Un sueño roto bien pegado puede volverse aún más bello y sólido. Hasta el punto de hacer añicos los límites de lo real.

Dolor


Quisiera esta tarde divina de octubre
pasear por la orilla lejana del mar;
que la arena de oro, y las aguas verdes,
y los cielos puros me vieran pasar.
Ser alta, soberbia, perfecta, quisiera,
como una romana, para concordar
con las grandes olas, y las rocas muertas
y las anchas playas que ciñen el mar.
Con el paso lento, y los ojos fríos
y la boca muda, dejarme llevar;
ver cómo se rompen las olas azules
contra los granitos y no parpadear;
ver cómo las aves rapaces se comen
los peces pequeños y no despertar;
pensar que pudieran las frágiles barcas
hundirse en las aguas y no suspirar;
ver que se adelanta, la garganta al aire,
el hombre más bello, no desear amar...
Perder la mirada, distraídamente,
perderla y que nunca la vuelva a encontrar:
y, figura erguida, entre cielo y playa,
sentirme el olvido perenne del mar.
Alfonsina Storni

sábado, 30 de octubre de 2010

Rima XVI


Si al mecer las azules campanillas

de tu balcón,

crees que suspirando pasa el viento

murmurador,

sabe que oculto entre las verdes hojas,

suspiro yo.

Si al resonar confuso a tus espaldas

vago rumor,

crees que por tu nombre te ha llamado

lejana voz,

sabe que, entre las sombras que te cercan

te llamo yo.

Si se turba medroso en la alta noche

tu corazón,al sentir en tus labios un aliento

abrasador,

sabe que, aunque invisible, al lado tuyo

respiro yo.



Gustavo Adolfo Bécquer





Para equilibrar la balanza un poema de verdad.

jueves, 28 de octubre de 2010

Prostituta vestida de gris

Dueña de un jardín esteril
donde reina el silencio
y no crecen las acacias,
donde se agota el tiempo
y jamás llegan las fragancias.

Con un sólo arbol,
es dueña de un jardín
que precisa de su cuidado,
empeñando todo lo que tiene,
jamás se irá de allí.

Empeñó su alegría,
su libertad por fasciculos,
ya no espera la llegada del día,
no suelta suspiros profundos.

Sentada a la sombra de su pino,
piensa: ¿qué será de mi?
¿qué será de la jardinera?
¿qué será de la prostituta
vestida de gris?



Mis alas rotas

Quisiera echar a volar, surcar los cielos del mismo modo que los barcos surcan el mar, sorteando las olas, dejándose abrazar por la espuma, pero no tengo alas. Yo siempre creí que tenía, las guardaba con ternura y amor, esperando darles uso un día, bajo lllave para que no se estropeasen, con la candidez que un niño guarda su juguete más preciado. El día que las necesité, fui a buscarlas y no estaban, ahora no sé si nunca las tuve, si me las robaron, si se desvanecieron... Ya no puedo volar, cruzar el cielo a contra corriente, no puedo escapar, esta vez es diferente ya no voy a intentar irme de cualquier manera, se han agotado las posibilidades, se han esfumado los sueños, desvanecido todas las esperanzas, no queda ni una sola pluma a la que aferrarse, no queda nada, nada salvo los sueños del pasado...


miércoles, 27 de octubre de 2010

¿Quién lavará la dignidad?


Si, hoy las lágrimas inundaban su cara, me ha contado que ya no podía más con el teatro, que su dignidad, a veces, le abandona, y por unos instantes le gustaría gritarte que te desea, le gustaría suplicarte que vueles a sus brazos, agarrarte de las solapas y rogarte que te quedes, porque ella también es humana, no es de piedra, siente y padece, aunque trate de disimularlo cada día y cada noche... Las veces que os encontrais, tú, siempre ves su mejor cara, es una gran actriz, provocarte malestar bajo ningún concepto, sus premisas siempre inamovibles, no es orgullo, pese a que pueda parecerlo, es algo bien distinto, es que siempre tú estás por delante de ella, y eso, satisface a largo plazo, pero a corto la destruye, sufre, en silencio y abrazada por la soledad, para no hablarle a nadie de ti, para que nadie se atreva a juzgar o a emitir una opinión que te deje en mal lugar, sólo yo he sido testigo de su sacrificio, sólo yo he visto el dolor mezclado con amor en sus ojos, sólo yo he sentido el desgarro de su corazón, tanto coraje me ha dado su visión, que la he golpeado, con todas mis fuerzas, hasta que me han sangrado las manos, he recogido sus trozos hechos añicos, y los he tirado a la basura, dicen que romper un espejo trae 7 años de mala suerte.....

martes, 26 de octubre de 2010

El deseo es una pregunta cuya respuesta nadie sabe


No decía palabras,
acercaba tan sólo un cuerpo interrogante,
porque ignoraba que el deseo es una pregunta
cuya respuesta no existe,una hoja cuya rama no existe,
un mundo cuyo cielo no existe.
La angustia se abre paso entre los huesos,
remonta por las venas
hasta abrirse en la piel,
surtidores de sueño
hechos carne en interrogación vuelta a las nubes.
Un roce al paso,
una mirada fugaz entre las sombras,
bastan para que el cuerpo se abra en dos,
ávido de recibir en sí mismo
otro cuerpo que sueñe;
mitad y mitad, sueño y sueño, carne y carne;
iguales en figura, iguales en amor, iguales en deseo.
Aunque sólo sea una esperanza,
porque el deseo es pregunta cuya respuesta
nadie sabe.



Luis Cernuda

domingo, 24 de octubre de 2010

Lo que más










¿Cuántas veces nos salvó el pudor
y mis ganas de siempre buscarte?
Pedacito de amor delirante
colgado de tu cuello un sábado de lluvia
a las cinco de la tarde.
Sabe Dios cómo me cuesta dejarte
y te miro mientras duermes,
mas no voy a despertarte
Es que hoy se me agotó la esperanza
porque con lo que nos queda de nosotros
ya no alcanza.
Eres lo que más he querido en la vida
lo que más he querido
eres lo que más he querido en la vida...
lo que más he querido.
Cuántas veces quise hacerlo bien
y pequé por hablar demasiado
no saber dónde, cómo ni cuándo
Todos estos años caminando juntos
ahora no parecen tantos.
Sabe Dios todo el amor que juramos,
pero hoy ya no es lo mismo, ya no vamos a engañarnos
Es que soy una mujer en el mundo
que hizo todo lo que pudo...
No te olvides ni un segundo
Eres lo que mas he querido en la vida
lo que mas he querido
eres lo que mas he querido en la vida
Lo que más he querido...

sábado, 23 de octubre de 2010

Aire inerte



Reina de las profundidades de la tierra,
fiera devorando la vida,
brazo de río en medio de un océano enfermo soy.
No siento mi carne.
Nada sostiene mi esqueleto.
Mi lengua está agrietada y ciega
Mis abismos en silencio te reclaman.
A la rosa rosa dejé de contemplar,
al verde campo verde.
Me volví sombra.
En blanco y negro vivo.
Y el miedo no se aleja.
Este miedo habita lo insondable,
se vuelve ojera en mi rostro,
aire inerte en mis pechos,
maléfico recuerdo.
Ahora un vendedor de sueños
gesticula tu nombre en el vacío.
(Y yo me he quedado sin monedas).

viernes, 22 de octubre de 2010

Geisha




Se dió cuenta de que llegaba de nuevo el rito de prepararse para enfrentarse como cada día al mundo, cual bonita geisha, con los polvos de arroz blanco cubría todas las imperfecciones de su alma, aquellas que más dolor le producían, aquellas que le decían que ella no era la protagonista de la película que vivía, que estaba secuestrada en aquel guión infelíz, el eyeliner rasgaba aún más sus ojos, esos ojos cansados de llorar y de suplicar, se dibujaba una bonita sonrisa procurando que nunca se difuminase para que nadie pudiese atisbar ni un solo rastro de su tristeza, su abundante cabellera escudo perfecto de sus fantasías, aquellas que jamás se cumplirían porque estaban destinadas a otra actriz, no importaba quién, nunca fue celosa, y sólo el director tenía la culpa de aquel error, sus ropas camuflando aquel cuerpo hambriento de amor, lleno de deseos que únicamente ella misma conseguía satisfacer parcialmente, un cuerpo magullado por la necesidad de cariño, de afecto, un cuerpo muerto en vida......
 

jueves, 21 de octubre de 2010

Capítulo 2

Poco a poco mi novela va a avanzando, otra pequeña muestra:

Juntos, cogidos de la mano, salen corriendo sin despedirse de nadie, dejándose abrazar por la brisa, sintiéndose libres. Llegan hasta la orilla del mar, se sientan en la arena y dejan que el agua moje sus pies. Ninguno es capaz de hablar, no quieren estropear el momento, pero los dos piensan que le gustaría que esos minutos fuesen eternos, que no acabasen nunca.
-Magda…
- Qué
- Nada
-El que nada no se ahoga
-¿Quieres nadar?
-Pero si no llevo bikini
- En ropa interior, total es parecido, te prometo no mirar mucho
- ¿No mirar mucho o no mirar nada?
Magda siente un cosquilleo en la boca del estómago, le da vergüenza que él la vea en ropa interior, pero por otra parte lo desea, como asi mismo desea que la acaricie, que sienta ese cuerpo que tan nerviosa pone, desea que la bese.
-Si no quieres no miro nada.
-¿Hacemos un trato?
-Vale
Por una vez en su vida Magda va a ser tan descarada como su hermana, si la viera su madre…
-Me quitas tú la ropa pero con los ojos cerrados, no me puedes ver en ningún momento.
A Marcos se le hace un nudo en la garganta, le tiemblan las manos, las piernas, el corazón. Magda no espera su respuesta, se acerca, le cierra los párpados con dos besos, comienza a dirigir sus manos para despojarle de la camiseta y la falda, y se queda frente a él, en braga y sujetador. Marcos es presa de un ataque de pánico acompañado de una erección y no sabe qué hacer, sabe que la tiene delante pero no puede mirar, se lo ha prometido, tampoco puede tocarla, es incapaz de moverse, van pasando los segundos. Magda se acerca a él, le abraza, -tengo frío Marcos, abrázame- y Marcos la rodea con sus brazos. Siente la suavidad de su cuerpo, la tibieza de su piel, trata de adivinar sus pechos, pero Magda no está muy desarrollada, aunque eso a él no le importa, le excita de todos modos. Le coge de la cara, la mira fijamente:
-Marcos, no vale mirar.
-Te estoy mirando a la cara, eres tan bonita.
Por fin, después de un mes se va a decidir, la va a besar, ya no puede contenerse más:

-¡Magda! ¡Marcos! Daos prisa, teneis que volver, los padres de Magda han bajado a buscarla, han dicho que vas a cargarterla- Sus amigas han ido corriendo a avisarle, qué pesada es su madre, ¿porqué tiene que estropearme este momento?, parece que tiene radar. Se viste a toda prisa, y se va corriendo, mientras avanza se vuelve y le grita: -Marcos, ¡la ventana!-
Ya ha desaparecido, Marcos se queda mirando al mar. Tiene quince años, en realidad casi dieciseis, ¿esto es el primer amor?, cada vez sufro más, es algo extraño, a la vez que estoy feliz cuando Magda está a mi lado, cada vez me tortura más el resto del día. Tiene la sensación de que se la han arrancado de los brazos, lo que aún no sabe es que asi ha sido, se la han arrancado para siempre.

Beso de la muerte


Llegó un momento, que sin decidirlo, se sentó a esperar a la muerte, no tomó la decisión de hacerlo, simplemente se dejó abrazar por las tinieblas y se sentó a esperar, se apartó del resto del mundo y no quiso formar parte de él, un retiro propio, a su voluntad, no planeado, y un buen día, la muerte vino a visitarla. Le dijo que no tenía por costumbre hacer visitas de cortesía, pero que ésta lo era, todavía quedaba mucho para que le diera su famoso beso, así que era mejor que se levantase de esa silla y aprovechase un poco el tiempo, pero ella le contestó entornando los ojos, mirando al vacío, que no tenía nada mejor que hacer que esperar, en realidad, llevaba toda la vida esperando, era lo único que había hecho hasta ahora, esperar por una llamada, esperar por una mirada, esperar por abrazo, por un beso de amor, esperar, esperar, esperar.... Tan conmovida se sintió la muerte ante esta declaración que la sostuvo en sus brazos y le dió el último beso de amor.

martes, 19 de octubre de 2010

Mi capitán

Ella piensa que después del naufragio principal cada uno de los siguientes la acerca más a la orilla. Y convencida de sí, huye de cualquier señal que la conduzca a enterarse que, uno a uno, los naufragios subsiguientes la han mandado más adentro en el mar. Ella cree que es posible escapar del sino de los abandonados si recurre a la vieja fórmula de los piratas: beber; ganarse la comida del día y beberse la noche con ron; dejarlo todo por un rato y a la mañana retomar las tareas del Sísifo interior: hundir su barco, el siguiente. Ella no tiene cabeza para reparar mastines y velas. Mejor hace de las astillas su esperanza, porque se ha vuelto especialista en construir, de los restos de cada hundimiento, un nuevo velero que la lleve a otro naufragio. Y confía en que ese que viene la arrime a tierra, y no: la conduce mar adentro. Mar adentro, para mi fortuna –y no sé si la de ella–, naufrago yo. La primera vez que se le vio naufragar, flotaba abrazada de un amarre de cajas, cada una marcada así: “Frágil”. Pero no le duraron una tormenta, aunque ella quisiera. Esas cajas, las “Frágil”, no estaban para resistir a alguien; todo lo contrario, eran para garantizar el hundimiento, su hundimiento. Ella piensa que es posible sacudir el mar. Cree que cada barco que hunde conmueve las entrañas del Enorme Extraordinario. Deliberadamente instalada en el engaño, cierra los ojos para no contar las astillas que le van quedando, cada vez menos. No se rinde aún frente a las señales que le dicen que muy pronto quedará sin posibilidades de maniobra y vulnerable, mar adentro de su propio corazón. Y mar adentro, para mi fortuna –y no sé si la de ella–, navego yo. Mar adentro estamos muchos, los tantos que naufragan. Imposibilitados, nos resignamos a hundirnos; o mandamos luces de bengala (que nadie ve porque nos hemos alejado de la playa); o sacamos fuerzas para rehacer barcos que de inmediato hundimos; o somos de los pocos afortunados que ven a los lejos una luz oscura: la luz del otro. (Me hago ilusiones: De sus pómulos obtengo el coraje; de sus alergias, que no conoce, construyo un timón; de su cabello negro rehago un casco, y proa y popa las saco de repetir su nombre. Junto mis astillas con las de ella, restos de incontables naufragios, y me nombro capitán de un barco al que ella no sabe que ya se ha subido. Piensa que después del naufragio principal cada uno de los siguientes la acerca más a la orilla, y me engaño creyendo que esa orilla soy yo, a pesar de que estoy mar adentro, muy mar adentro, tan mar adentro que se me han acabado las astillas y grito por mi propia salvación). Ella cree que es posible escapar, pero delira: en su fiebre no se da cuenta que duerme, ahora, en el camarote de un buen capitán de barco que nació en el desierto. Ese capitán soy yo. Ella es especialista en los hundimientos, pienso ahora que la veo dormida. Ata y desata amarras y velas. Sube y baja banderines de auxilio y de pirata para causarle desconciertos al mar. Entonces una ola cualquiera le cumple el deseo. Nos hundimos con ella. Nos vamos más adentro en el mar. Y mar adentro, para mi fortuna –y no sé si la de ella–, yo quiero seguir.

La caricia perdida


Se me va de los dedos la caricia sin causa,

se me va de los dedos… En el viento, al pasar,

la caricia que vaga sin destino ni objeto,

la caricia perdida ¿quién la recogerá?....

Pude amar esta noche con piedad infinita,

pude amar al primero que acertara a llegar.

Nadie llega. Están solos los floridos senderos.

La caricia perdida, rodará… rodará…

Si en los ojos te besan esta noche, viajero,

si estremece las ramas un dulce suspirar,

si te oprime los dedos una mano pequeña

que te toma y te deja, que te logra y se va.

Si no ves esa mano, ni esa boca que besa,

si es el aire quien teje la ilusión de besar,

oh, viajero, que tienes como el cielo los ojos,

en el viento fundida, ¿me reconocerás?





Alfonsina Storni

jueves, 7 de octubre de 2010

Cortesana



Soy la mujer que duerme en la jaula con los leones
al ponerse el sol.
Carne cruda como de sus pestilentes fauces
lamo sus recovecos denigrantes
y sin importarles, prueban cada mes mi sangre.
Me he dejado ultrajar por conveniencia,
soy mansa por una retribución,
abro mis posiciones
para conseguir prodigios mayores,
mejores pagas.
Todas las noches meto al sol en mi cama
y caliento deshilachados cuerpos.
A veces suplico ternura desde el fondo de mi alma,
desde el encierro de mi jaula
repleta de vacíos inconmensurables,
pero ellos no escuchan.
El mundo me desprecia,
yo lo ignoro.
Vivo para alimentar a las bestias
con mi carne,
soy libre de volar si quisiera,
de escapar,
mas no tengo a dónde ir...
Pertenezco a esta jaula.



Lina Zerón

martes, 28 de septiembre de 2010

La verdad

Me acusas de que voy atropellando con la verdad a todos los que me rodean, y que a veces es mejor mentir, o en su defecto callar. Me "aconsejas" que traicione el único principio que tengo y soy capaz de llevar a raja tabla, te miro y pienso que hay dos opciones, o no te enteras de nada o después de tanto tiempo no me conoces en absoluto. Más bien me inclino por lo segundo, casi después de una década, no has llegado más que a rascar la superficie. ¿No te has dado cuenta de que las mentiras han traido sólo desgracia a la gente que las cuenta?, podría darte más de diez ejemplo de la gente que me rodea, y el resultado, siempre violencia+abandono.
No darling, yo no voy a mentir ni me voy a callar cuando algo me carcome por dentro, alguien en una ocasión me acuso de sinceridad brutal, aquello me hizo pensar en si hay grados de sinceridad, puede que una servidora tenga ciertas limitaciones mentales pero para mi la sinceridad no goza de grados, se es o no, aquí no hay medias tintas. Quizá las mentiras si puedan tener grados, supongo que se mide con el dolor, las hay que hacen poco daño, otras que te matan, pero en mi caso todas conllevan una consecuencia irremediable, la pérdida eterna de confianza. Soy capaz de perdonar el silencio, faltar a la verdad, jamás. Una vez te lo dije, no me preguntes lo que no quieras saber porque yo no esquivo ni me escondo....

lunes, 27 de septiembre de 2010

Cantora nocturna


La que murió de su vestido azul está cantando.

Canta imbuida de muerte al sol de su ebriedad.

Adentro de su canción hay un vestido azul, hay

un caballo blanco, hay un corazón verde tatuado

con los ecos de los latidos de su corazón

muerto.

Expuesta a todas las perdiciones, ella

canta junto a una niña extraviada que es ella:

su amuleto de la buena suerte. Y a pesar de la

niebla verde en los labios y del frío gris en los

ojos, su voz corroe la distancia que se abre entre

la sed y la mano que busca el vaso.

Ella canta.





Alejandra Pizarnik

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Capítulo 1




Ezequiel la mira fijamente a los ojos, esos ojos color miel, sólo ha visto aquel color tan peculiar en una persona, Elsa, la hermana de Magda, era lo único que tenían en común, Magda era rubia, alta, esbelta, con una expresión tan dulce que casi empalagaba, con catorce años no aparentaba más de once a pesar de su altura, apenas estaba desarrollada. Elsa en cambio, dos años menor, aparentaba quince, morena, de estatura normal para su edad, pero con unas curvas que ya eran la delicia de sus compañeros de clase, en el momento en que despertaban a los estimulos sexuales. Ezequiel en aquella época contaba con quince años y estaba enamorado de Elsa, tenía algo que le volvía loco, ese desparpajo al hablar, esa sensualidad escondida que no podía evitar emanar por cada poro de su piel inconscientemente. Incluso se habían besado a pesar de la juventud de ella. Elsa jugaba con él a su antojo y a cambio la llevaba en moto a los entrenamientos de voleibol, en el fondo era una caprichosa, o eso era lo que a él le consolaba, el único consuelo que encontraba para su trágica perdida.

Magda sabía que ahora Eze no la veía a ella, se había perdido por el camino, como cada vez que habían disfrutado del sexo juntos, no era ella a quién poseía, por eso cuando cerraron el capítulo drogas dejó de acostarse con él. Sin el colocón no podía interpretar el papel de Elsa, de su querida hermana, de su querida hermana muerta. Ella sufrió mucho la pérdida de su hermana y de su madre pero Eze también quedó marcado por aquello, juntos se consolaban como podían, de la manera que mejor sabían, hasta que se dio cuenta que a Eze no le hacía bien, cada vez quería más.

lunes, 20 de septiembre de 2010

Mi kokoro


Tic tac, tic tac, es la música al ritmo de la que baila mi vida, del mismo modo que dicen que el chocolate es el sustitutivo del sexo yo he conseguido que el reloj sea el sustituto de mis sórdidas fantasías amorosas, manecillas que me atan al mundo real, que aferran mis pies al suelo.


Me acerqué tanto al sol, que terminé por quemarme las alas y ya no me relamo las heridas, es que como si mi "kokoro" se hubiera quemado también, yo ya no soy yo, lo que un día fue un alma poseyendo a un cuerpo que se le quedaba pequeño, ahora es un cuerpo que funciona con cuerda, la cuerda del tic tac.


¿Si soy feliz? no, pero mi pregunta es, ¿acaso lo fuí alguna vez?, al menos ahora no hay dolor, antes las emociones, los sentimientos, me hacían sangrar hasta tal punto de dolor que quedaba en semiinsconciencia. Soy un ser neutro, gris, en realidad, no soy nada.






P. D: En japonés kokoro significa corazón, en toda la amplitud de la palabra, corazón con sus sentimientos junto con el alma, es la esencia de una persona.

domingo, 19 de septiembre de 2010

La mecánica del corazón

- Fue un día triste, un día en que no dejaba de llorar hasta que me di cuenta de que me reconfortaba beberme mis propias lágrimas. Poco después descubrí que sabian mejor si las mezclaba con un poco de licor de manzana. Pero no hay que beber nunca cuando uno está en estado normal, en ese caso ya no se logra estar contento sin beber y se forma un círculo vicioso y uno ya no para de llorar para poder beberse las lágrimas.

-Te pasas el día curando a la gente, pero ahogas tus heridas en el alcohol de tus propias lágrimas, ¿por qué?

- No te preocupes por eso, me parece que hoy tenemos que bajar a la ciudad a festejar un cumpleaños, ¿verdad?- dice ella, esforzándose en sonreir.

martes, 14 de septiembre de 2010

El fin del mundo y el despiadado mundo del país de las maravillas


Es extraño –dije-. Yo aún tengo corazón y, sin embargo, a veces lo pierdo de vista. No. Mejor dicho, posiblemente está siempre perdido y sólo en ocasiones lo recobro. A pesar de eso, tengo la certeza de que volverá, en un momento u otro, y esta certeza es la que, en definitiva, vertebra y sostiene mi existencia. Por eso me cuesta tanto imaginar qué significa perder el corazón. ( … ) - Pero tú, ¿sabes?, tú me interesas mucho. - ¿Yo? ¿Y por qué? - Es que pareces tan cansado. Pero a ti el cansancio parece darte una especie de energía. Y eso, ¿sabes?, no acabo de entenderlo. No te pareces a ninguna de las personas que conozco. Mi abuelo jamás está cansado, y yo tampoco. Oye, ¿estás cansado de verdad? - Sí, estoy muy cansado –dije. Tanto que, aun repitiéndolo veinte veces, me quedaba corto. - ¿Y cómo es eso? Me refiero a qué se siente cuando uno está cansado –quiso saber la muchacha. - Pues gran parte de las emociones van haciéndose más y más confusas. Sientes lástima de ti mismo y te enfadas con los demás, sientes lástima de los demás y te enfadas contigo mismo…, en fin, esas cosas. - No acabo de entenderlo. - Al final, acabar por no comprender nada de nada. Igual que una peonza pintada de diversos colores. Cuantos más deprisa gira, más difícil es distinguir cada uno de los colores, hasta que a confusión es total. - Parece interesante-dijo la muchacha gorda-. Veo que dominas muy ben el tema. - En efecto – dije. Este agotamiento va carcomiendo la vida, o que brota del mismo corazón de la vida, podría explicarlo yo de cien maneras distintas. Ésta debía de ser otra de las cosas que no enseñaban en la escuela. ( … ) Antes de salir, eché una mirada circular a la estancia. Ofrecía una imagen similar a la de un punto de recogida de trastos viejos. En la vida siempre sucede lo mismo. Para construir algo se requiere mucho tiempo, pero basta un instante para destruirlo todo. Dentro de aquellas tres pequeñas habitaciones había llevado una vida algo cansada, cierto, pero también satisfactoria. Y todo se había esfumado, como la neblina matinal, en el tiempo que se tarda en abrir dos latas de cerveza. Mi trabajo, mi whisky, mi paz, mi soledad, mi colección de obras de Somerset Maugham y de películas de John Ford: todo se había convertido en un montón de basura sin sentido. “… del esplendor en la hierba y de la gloria de las flores…”, recité para mis adentros. Alargué la mano, bajé la palanca del conmutador y corté la electricidad de toda la casa. ( … ) “¿Y qué había perdido yo?”, me pregunté, rascándome la cabeza. Sin duda alguna, había perdido muchas cosas. Si las hubiera apuntado todas en una libreta, posiblemente habría llenado un cuaderno entero de la universidad. Había sufrido mucho la pérdida de alguna de ellas a pesar de que, en el momento en que las perdí, creí que no importaba demasiado, pero con otras me había sucedido lo contrario. Había ido perdiendo diversas cosas, diversas personas, diversos sentimientos. En el bolsillo de un abrigo que simbolizara mi existencia, se había abierto un agujero fatal que ningún hilo ni ninguna aguja podrían coser. En este sentido, si alguien hubiera abierto la ventana de mi piso, se hubiese asomado dentro y me hubiese gritado: “¡Tu vida es un completo cero!”, yo no habría tenido ningún argumento en contra que esgrimir. Sin embargo, si hubiera podido volver atrás, me daba la sensación de que habría reproducido una vida idéntica a la que había llevado. Porque ésta-esta vida llena de pérdidas- era yo. Era el único camino que tenía de ser yo mismo. Por más personas que me hubiesen abandonado a mí, por más personas a las que hubiese abandonado yo, por más bellos sentimientos, magníficas cualidades y sueños que hubiese perdido, yo únicamente podía ser yo. ( … ) Hubiese querido deshacerme en lágrimas, pero no podía llorar. Era demasiado mayor para hacerlo, había tenido demasiadas experiencias en mi vida. En este mundo existe un tipo de tristeza que no te permite verter lágrimas. es una de esas cosas que no puedes explicar a nadie y, aunque pudieras, nadie te comprendería. Y esa tristeza, sin cambiar de forma, va acumulándose en silencio en tu corazón como la nieve durante una noche sin viento. Cuando era más joven, había intentado alguna vez traducirla en palabras. Pero por más que me había esforzado en buscar las palabras adecuadas, no había conseguido comunicársela a nadie, ni siquiera a mí mismo, y había dejado de intentarlo. De modo que había bloqueado las palabras, había bloqueado mi corazón. La tristeza, cuando es tan profunda, no siquiera permite metamorfosearse en lágrimas.

domingo, 14 de marzo de 2010

Un trago de ti


Me gustaría querer con moderación, del mismo modo que puedes beber alcohol controladamente, degustas un par de copas sin perder el control, quizá te deshinibes un poco, pero te sientan bien. Yo quisiera haberme bebido un par de copas de ti, pero me acabé la botella, llevaba demasiado tiempo esperando, tanto que fue imposible saciar la sed, en un trago terminé con todo. Ahora estoy embriagada, balanceándome de lado a lado, intentado encontrarte de nuevo porque a pesar de haberme bebido una botella entera, no sé a que sabes, si pudiera me aferraría a tus labios y me tomaría mi tiempo para paladear, cerraría los ojos y me haría para siempre con tu sabor. Lo guardaría en mis recuerdos, junto a la gran caja que tengo ya con tu nombre.


No sé si te quedan botellas para mi, cualquier precio lo pagaría de buena gana, siento que soy como un alcohólico cualquiera que vendería incluso su alma por un trago más, por gozar cuando el licor quema la garganta. A veces, sólo a veces, siento que quieres darme un poco, otras en cambio, todo lo contrario, desde aquí te pido que me mandes una señal, y yo en silencio esperaré mi momento.

sábado, 13 de marzo de 2010

Es la noche

Es la noche la que me abruma y me confunde, la que me grita tu nombre hasta hacer insoportable cada letra dentro de mi cabeza, es la noche la que me abraza con la manta de la soledad. Es en la noche cuando mi cuerpo reclama el calor del tuyo, cuando cierro los ojos y puedo sentir la suavidad de tu piel, cuando rozo tus labios con los mios y se para el mundo. Es la noche la que aviva esta llama que me consume y me renueva para seguir luchando. Es la noche la que me arranca lágrima cuando abro los ojos y no estás, cuando soy consciente de que todo es un sueño del que no quiero despertar.
Es en la noche cuando vuelvo a dormir, y sigo soñando contigo, cuando me miras y me ves, sin decir nada, te acercas y todo sucede de forma natural, como si siempre hubiese sido asi, como si los dos deseásemos lo mismo, como si dos cuerpos se hiciesen uno y bailasen al son de las olas del cálido mar que nos arrulla, que nos guarda y nos funde. Es en la noche cuando te siento más cerca y te amo más.

Pero, ay de mi, cuando termina la noche y llega el alba, es entonces cuando la realidad vuelve a instaurarse con su manto de seda, rompiendo las quimeras, gritándome que no estás cerca, que no estás lejos, que no estás. Es al amanecer cuando se quiebran las esperanzas y los sueños, cuando se queman las ilusiones con la salida del sol. Es entonces cuando entornos los ojos, y creo que quizá, quizá remover las cenizas han sido un error, porque en mi se aviva un fuego, que en ti hace tiempo se apagó.

miércoles, 10 de marzo de 2010

Mundos de ensoñaciones y fantasías

Vuelvo a mi necesidad de escribir a diario, de plasmar palabras que me bebo para calmar la ansiedad. He vuelto a mi mundo de ensoñación, hacía tiempo que lo había cerrado con llave, que me había obligado a permanecer en la realidad, sujeta con cadenas en los tobillos, arrastrando los pies, incapaz de levantarlos.



Sin embargo, sin darme cuenta, fui elevándome poco a poco, y cuando fui consciente ya no era capaz de divisar el suelo firme, vivo de paseo por la nubes, oliendo flores, caminando descalza, dibujando tu rostro en cualquier lugar que me inspira, rodeada de arcoiris con efecto prozac.

No voy a bajar, no hay nada que me ate a la realidad, abajo sólo me espera el dolor, la desesperación, incomprensión, me espera ese que habita dentro de mi cabeza, creciendo día a día, ese que me azuza cada vez con más intensidad. Aquí donde estoy las amenazas no llegan, y si ese habitante mio decide llevarme, le ahorro parte del camino.

Si tú quieres acompañarme en los mundos de la ensoñación, aquí te estoy esperando.

martes, 9 de marzo de 2010

Pequeño cuerpo mio


No quepo en mi cuerpo, si, soy consciente de que suena raro, pero me he dado cuenta de que no albergo sitio suficiente para guardar todo lo que siento, todas mis inquietudes, mis ganas de aprehender....

Si esto fuera cierto, sería una explicación razonable a los desequilibrios, tantas emociones juntas, justas, chocando unas con otras, sería normal que saltasen chispas y provocasen el caos. Por una parte la añoranza de los mios, que cada día que pasa crece más, el amor maternal, las ambiciones profesionales, de culturizarme , todo ello aderezado con un buen puñado de recuerdos. Y por otra parte estás tú, creo que ocupas demasiado sitio, mucho más del que deberías, invierto más tiempo en fantasear contigo que en cualquier otra cosa, además, no vienes solo, te acompañan esperanza, desesperanza, alegría, melancolía, exaltación, apatía, sentimientos antagónicos que revuelven aún más mi interior.

Necesito crecer, un espacio más grande, o unas sensaciones más pequeñas, necesito agrandar la caja, o tirar a la basura todas estas emociones que van rompiendo a golpe de pura supervivencia este pequeño cuerpo mio.